Según el sociólogo José del Castillo Pichardo y algunos pensadores, el perfil psicosocial del pueblo dominicano, es el siguiente:
Pereza, violencia,sumisión, individualismo y desconfianza. Con todo el respeto a esos pensadores sociales, quiero traer otra perspectiva del comportamiento del dominicano y más ahora donde hemos sido golpeado por dos fenómenos, uno político y el otro biológico; me refiero al colapso del primer intento de las elecciones municipales y luego esta situación del Coronavirus.
– Como dominicanos somos una sociedad fuerte, a pesar de todos los engaños que hemos vivido en la esfera política, seguimos CONFIANDO en el liderazgo político; aunque casi todos han gobernado sin integridad y dejando a un lado el espíritu de la democracia, la confianza del dominicano sigue firme y en busca de una mejor sociedad.
-También es bueno resaltar que el dominicano desde el punto de vista étnico tiende a valorar la COMUNIDAD. Somos un mosaico cultural, compuesto, salpicado de naciones y etnias practicantes de acciones comunal. Llevamos una vida conectada a la estructura familiar/comunidad. Por ser isleños y caribeños, tendemos a un comportamiento más colectivo. Filosóficamente el individualismo protege la supremacía de los derechos individuales frente a los derechos de la sociedad y a la autoridad del Estado. Este no es el caso del dominicano, nuestra cultura es taína, es española, es africana negra y africana del norte, todas esas etnias y naciones mencionadas han vivido en comunidad. He podido saborear la sociedad de Marruecos, España, el Sáhara que está al sur de Marruecos, y hemos estudiado el comportamiento de nuestros taínos, y todos ellos nos dejaron un legado que fortalece la familia, la dependencia en los demás (la cual no es una debilidad en una sociedad solitaria), el individualismo se refleja más en sociedades caucásicas. Si estudiamos lo que yo le he llamado, “Cultura Tangible”, notaremos que el
Individualismo es opacado por las acciones cotidianas del dominicano, entre ellas: El café en comunidad, la habichuela con dulce, llegar a las casas de forma espontánea, comunicación y saludos extendidos, salimos en grupos, y nuestro accionar está basado en la aprobación del grupo, aún el pensamiento político es moldeado y canalizado por un comportamiento colectivo. El dominicano filosóficamente hablando no es individualista.
– La palabra SUMISIÓN debe ser analizada en diferentes contextos. Si eres religioso es una virtud. Si eres un activista social la sumisión es una opción o una debilidad. Si eres empresario, ser sumiso es andar con el cliente para lograr un fin; pero cuando eres un dominicano que ha sido castigado durante generaciones y marcado por una cultura colonialista e imperialista, en este caso tengo que reconocer que el dominicano y el latino han desarrollado un mecanismo de defensa que responde a su pasado oscuro y tortuoso. Pero nuestra tendencia étnica no es caótica o anárquica; aunque si poseemos una rabia reprimida que busca una válvula de escape que nos genera identidad y alimenta el sentir existencial de nuestra cultura; por esta razón no fuimos sumisos al dictador Rafael Leonidas Trujillo u otros acontecimientos que rompieron el orden de los tejidos social del dominicano.
– No somos una cultura VIOLENTA, no tenemos grupos terroristas. Claro, nuestra forma de hablar espanta y es muy expresiva.
Pero para poder decir que somos una cultura violenta debemos estudiar a Polibio, un historiador griego, quien fue uno de los primeros narradores de la cultura de la violencia, explica las crueldades y la conducta de los Bizancio. También debemos mirar a los romanos, mirando los gladiadores sangrando y los cristianos devorados por las fieras salvajes. También podemos recordar la muerte de casi 6 millones de judíos por los alemanes. Los dominicanos hemos reaccionado a momentos históricos que nos han llevado a pelear por razones patrióticas.
– La PEREZA tiene varias causas, una de ellas es la falta de empleo y al mismo tiempo la mala remuneración en dicho empleo. Históricamente el africano fue traído para ser explotado, el taíno por igual, y esto genera conductas que se proyectan en el diario vivir. Pero el campesino dominicano es trabajador, lo que necesita es tierra y mercado. El empresario por igual, los demás gremios de producción se han esforzado para ser parte del engranaje de producción en la República Dominicana. A pesar del bajo salario, que crea y genera desánimo e impotencia, el dominicano sigue en busca de trabajo. Debemos dejar claro que hay fenómenos socioeconómicos que han inclinado esta realidad debido a la cantidad de personas que viven de las remesas.
Mi meta en este artículo no es contradecir, es crear un balance que sirva de motivación para nuestro pueblo. El dominicano es un mosaico y una cultura my rica para estudiar. Por eso digo: ¡El dominicano es así!