El dominicano es especial

El dominicano es especial

Siempre escuché, desde que adquirí  ‘uso de razón’, una sentenciosa expresión de gente mayor de edad: El dominicano no se deja morir.

Avanzado el tiempo, múltiples ejemplos me han convencido de la  particular cualidad de hijos de esta tierra por saltarse las reglas, e imponerse sobre los demás, aun fuere violentando los derechos de los demás.

Muchos exhiben sus éxitos en base a actuaciones atropellantes, violentas y carentes de escrúpulos.

Otros se abren pasos, a cualquier precio, para llegar a destinos de vida mejores.

Un ejemplo de astucia lo encontramos en los obreros. Algunos pueden durar meses “sin dar un golpe”, pero el día que la suerte le depara trabajo, pretenden cobrar a sus indefensas víctimas elevados honorarios, recargos por inanición, peaje para “las frías” y una abultada lista de piezas de recambio, supuestamente utilizadas en el trabajo encomendado, y que solo figuran en alteradas facturas de tiendas ferreteras.

Parejas de clase media procuran instalarse en un apartamento a tono con su progreso económico, con derecho a sólo dos estacionamientos por piso, lo que no será obstáculo para que se “las arreglen” y encuentren espacios para los vehículos de “los muchachos”. Todo a costa del sacrificio de pacientes y complacientes vecinos.

Pero es en la actividad política donde se manifiesta con mayor desparpajo la viveza del criollo. Usted puede encontrar hermanos de sangre enrolados y promoviendo candidatos de la estrella amarilla, en tanto otros hacen lo propio desde las tarimas del “jacho” perredeísta. Una estrategia que funcionará como seguro para el núcleo familiar, cuando se dé la victoria del partido.

Comportamientos inadecuados los encontramos a diarios en calles y avenidas, en autopistas y carreteras, en caminos y callejuelas. Choferes y conductores que asumen el uso de los espacios urbanos e interurbanos como si fueran propios, como si no existieran los demás.

Desde luego, me estoy refiriendo a aquellas generaciones de hombres y mujeres para los que las  lecciones de deber cívico inexisten y muestran abiertamente deficiencias en las prácticas éticas y morales.

Son dominicanos hechos de un material especial. 

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