ADOLFO MORETA FÉLIZ
Un poco de crema facial por aquí; una pizca de polvo cosmético por allá. Luego, la colocación de los guantes y la mascarilla al DR CAFTA para entrar con su maletín quirúrgico a la sala del quirófano. Mientras por un lado el embajador norteamericano en el país, Hans Herter, dice que los Estados Unidos no hace exigencias a los acuerdos discutidos y rubricados, cree difícil que el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA) pueda entrar en vigencia el 1ero. de julio.
En cambio, el presidente de la Cámara Americana de Comercio, Keving Manning, dice que una serie de exigencia del Gobierno norteamericano incumplidas por el país, podría afectar la entrada del DR CAFTA para realizar la operación de corazón abierto a la República Dominicana. ¿Quién decide finalmente cuando entra el DR CAFTA? Las corporaciones transnacionales.
Es obvio, la obligada subordinación del país frente a la tiranía de los bancos multilaterales de financiamiento y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en representación de las corporaciones angloamericanas. Al país no le queda otra alternativa que reconocer el presidio en el cual se encuentra. Así lo hizo el secretario Técnico de la Presidencia y vocero del gabinete económico del Gobierno, Temistocles Montás, al declarar que son los Estados Unidos que van a decir si las condiciones están dadas o no están dadas.
Las condiciones se considerarán dadas, luego de realizada la reforma constitucional y algunas estructurales. Este artículo lo escribo el miércoles 28 de junio. El DR-CAFTA, podría entrar o no en vigencia el 1ero de julio o postergarse. Pero en caso de que entre, sólo sería a manera de ensayo o sondeo. Su efectividad práctica, será luego de cumplir con el requisito de las reformas. Esa realidad trae a mi memoria la columna Polibroma que se publica en el periódico El Nacional.
Desde siempre, he considerado que Polibroma debería llamarse Polivainas o Policosas. Muy pocas cosas en ella se dicen en broma. Y las muchas que se publican son vainas o cosas muy serias.
¿Por qué considero el cambio de nombre? Porque cuando los lectores usamos sus informaciones o comentarios como fuente de referencia, los argumentos pierden peso de convencimiento cuando decimos que lo leímos en Polibroma.
Sin embargo, es posible que la definición más elocuente, certera y lacónica que existe del proceso de globalización, la hace el polibromero cuando define: La globalización -y los TLC por supuesto- no son otra cosa más que reformar y acondicionar las leyes, reglas y normas de todos los países del mundo a los intereses de los Estados Unidos. Una descripción directa, realista, espontánea, y sin maquillaje.
En efecto, las reformas realizadas en el transcurrir de los 25 años de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC), y las actualmente requeridas para cerrar esa etapa y dar paso a la del DR-CAFTA, son los iconos más evidentes para confirmar la certera definición realizada en Polibroma. Que de broma no tiene ná.
Los beneficios como resultado de la ICC que obtuvieron las transnacionales con derecho a cuota participación en la repartición de la República Dominicana, superaron todas las expectativas previstas. Lo he expresado en otros artículos, pero no debo dejar de repetirlo. Para lograr con éxito los objetivos de la ICC, se reingenierizaron paquetes de disposiciones y reformas. Como fruto de ellas, se incrementó las siembras de factorías en forma de zonas francas. Fue posible la incautación de los principales enclaves productivos estatales y la expropiación de las costas del país. Se concesionaron también los puertos, aeropuertos y las principales autopistas.
Con el colapso del Banco Universal en la década de los ochenta y el efecto castillo de naipes que siguió con otros bancos hasta el 2004, la iniciativa privada angloamericana, ha asumido el control bancario financiero y el negocio inmobiliario. ¿Cuáles activos nacionales le quedan a la República Dominicana? Algunos pedacitos de tierra con vocación agrícola hipotecadas con los bancos. Cordones, cuadras y círculos de pobreza como depósitos de mano de obra barata. Y aún la Ciudad Colonial. El mejor tesoro de las Américas. El más codiciado por las corporaciones transnacionales.
Todo ese panorama tangiblemente cierto, son parte de las razones que me permiten afirmar que ya no existe economía dominicana. Lo que existe es la economía angloamericana en la República Dominicana. Por consiguiente, es apremiante dolarizar ahora los salarios, previo a la larga espera que significa la dolarización general de la economía.
Algo debemos tener claro. Las reformas, el DR-CAFTA y la definitiva expropiación de la República Dominicana pedazos a pedazos, será una realidad inevitable. Traerá, como dice la directora de Comercio Exterior de la Secretaría de Industria y Comercio, Vilma Arbaje, cosas negativas y positivas.
Evolucionar o perecer, es lo que recomiendan experimentados analistas. Lo más sensato y consecuente que podríamos hacer los dominicanos, sobre todo los que están en el amplio segmento que conforma la sociedad militante de pobreza, es aprovechar las oportunidades que traen las cosas buenas. Y tratar de que las malas sean lo menos dolorosas y traumáticas. Eso sí, debemos consolidar la dominicanía como forma de preservar la dominicanidad.