POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Todos hemos seguido con pasión inusitada, lo que sucede Venezuela. El referéndum revocatorio contra el Presidente Hugo Chávez, ha puesto en evidencia una gran capacidad de movimiento y civismo.
Desde que he dado seguimiento a todo el proceso de Venezuela, sus avatares, sus tradiciones partidarias, sus pactos políticos de clases gobernantes con clases medias con vocación dirigente, sus despilfarros petroleros, el famoso pacto de Punto Fijo (que fue un acuerdo social de clases para una gobernabilidad tomando de parapeto el esquema de los partidos tradicionales de Venezuela, las alternabilidades de Adecos y Copeyanos), he observado siempre la debilidad de una oposición que fragmentada, daba signos compactos en una pruralidad dirigencial, que no mostraba el carisma de un liderazgo que inspirara confianza a la población.
Todo parece indicar que el Gobierno de Chávez, en su estilo, ha creado mecanismos para dar respuestas a los problemas populares más aciagos, daría la impresión también, que el Presidente Chávez, contrario a lo que sugiere la imagen dirigencial de la oposición, sí ha desarrollado un liderazgo sobre personas que creen en su carisma y soluciones sociales.
Y parecería, a juzgar por el resultado final del Referéndum revocatorio, que la población de origen humilde apoya el régimen, como evidente respuesta al carácter clasista de una oposición que se ha ido aislando de la base social del país.
Si todo lo que afirmo no fuera cierto, el resultado numérico del Referéndum revocatorio, fuera totalmente diferente.
Lo que hoy sucede en Venezuela debe llamarnos la atención, no por la utopía vivida en plan Frankenstein, sino porque las razones que llevaron a ese país a esa realidad, ha sido algo que comenzamos a vivir en este país, que es el agotamiento del modelo, que ya Lucas Vicens en República Dominicana, había planteado con claridad hacia inicios de la década del 80.
En el caso de Venezuela, lo que se observa es que la legitimidad que nace del Referéndum revocatorio atraviesa ahora por una crisis, porque la oposición venezolana, representada en la Coordinadora Democráctica (C D), no acepta el resultado final.
Mientras el gobierno del presidente Chávez ha logrado un rápido consenso de aprobación en la mayoría de los gobiernos importantes del Mercosur, entre otros Argentina, Brasil y Uruguay, la oposición se prepara para un desconocimiento de la realidad nueva creada con la votación, donde el No ha ganado con 58, 25 % mientras el Si obtenía un 41, 75.
El pasado 18 de Agosto, la Organizacion de Estados Americanos ( OEA ), publicó en toda Venezuela un amplio comunicado dejando claro que no acepta la polémica tecnológica sobre el Referéndum y donde aclara que sus propios técnicos revisaron previamente todas las máquinas utilizadas en la votación, Esto pone a la Coordinadora Democractica en apuros ante la Comunidad internacional, porque demuestra que el espacio de debate abierto sobre el fraude electrónico no está sustentado en pruebas legitimas.
Lo que hoy acontece en Venezuela, no es más que una muestra de hacia dónde se puede llegar en un país donde agotado un modelo institucional maltrecho, podrido, la gente hastiada, puede optar por una autocracia constitucional, legítima en las urnas y refrendada también…
La oposición venezolana no tiene fuerzas para hacer ese debate sobre el fraude electrónico, porque todo apunta hacia una legitimizacion del Presidente Chávez, todo apunta hacia ello.
Daría la impresión de que amparada en sus grandes movilizaciones de los sectores altos y medios de la nación sureña, la Coordinadora Democrática pensaba que ganar el Referéndum era posible, las urnas han demostrado todo lo contrario.
Lo cierto es que no había en la oposición venezolana una real disposición para afrontar una derrota, había una seguridad profunda sobre la victoria del Si, las bases populares de aquel país han optado por el modelo Chávez, y ellos han decidido en favor del gobierno.
En su euforia la oposición olvidó hacer una estrategia en caso de perder para ser creibles a posteriori.
Con la situacion creada, sin olvidar el intento de golpe de abril del 2002 ( en los tiempos en que Carmona Estanga, El Breve, intentó cargarse en plan facistoide todas las garantías constitucionales de Venezuela, sin tener él mismo como presidente provisional una base legal ) la oposición de Venezuela comienza un camino de marginalidad e ilegalidad que puede dar al traste con ella misma.
En la medida en que Chávez obtiene una legitimización internacional ascendente, la oposición de Venezuela, agrupada en la Coordinadora Democrática se debilita y toma el riesgo de no ser una institución política que inspire confianza pública para ninguna negociación, porque además para crear el debate del fraude electrónico, debe aportar las pruebas que lo avalen, y no lo ha hecho…
La falta de estrategia y la confianza en el triunfo, ahora mismo en Venezuela, pueden hacer de la calle un espacio público de confrontaciones, donde las agresiones mutuas podrían ser un escenario que su vez, se reflejaran en el nerviosismo de los precios actuales del petróleo…
Negar que el régimen del Presidente Chávez ha exhibido un rudo rostro autoritario, sería como tapar el sol con un dedo.
Pero al mismo tiempo, dentro del marco de las formas de un sistema democrático, negar que Chávez ha sido el presidente más refrendado en la América Latina, negarlo sería poco serio y de poca objetividad.
De lo que se trata es de la imposibilidad de una cohabitación entre un proyecto político cuya naturaleza no es totalmennte democrático, que sin embargo, ha sido legitimado por las bases de aquel país vía el propio sistema demócratico, y una oposición que no tiene capacidad de lectura para entender las contradicciones internas y sociales del país donde opera, la negación del resultado de este referéndum, así lo demuestra hasta nuevo aviso.