El drama humano de maestros enfermos  sin cobertura de salud

El drama humano de maestros enfermos  sin cobertura de salud

Es indescriptible el drama que viven profesores  que  son diagnosticados  ellos o a sus familiares  con alguna enfermedad catastrófica que   suele ser costosa y  no es cubierta por el Seguro Médico Para Maestros (SEMMA).

Son maestros que tienen que vivir un “vía crucis” para conseguir los recursos económicos que necesitan para solventar los procedimientos médicos recomendados. No cesan en su lucha por la vida. Se las ingenian haciendo  rifas, si tienen vivienda la hipotecan,  muchas veces  la pierden por no tener capacidad de pago.

  “Piden” la colaboración de sus familiares, amigos y allegados o acuden en busca de ayuda a instancias oficiales (funcionarios, alcaldes, legisladores).

Es el caso de la maestra Virtudes Cruz, quien imparte docencia en los cursos de primero hasta el cuarto de media, en el liceo Morayma Veloz de Báez, en Bayaguana. Ella carga con un folder bajo el brazo, el cual tiene  el diagnóstico, los estudios y la recomendación de una cirugía en la columna vertebral que se le debe hacer con urgencia a su esposo Isidro Moreno, de 65 años. Debe buscar RD$494 mil 182 para que se le pueda practicar el procedimiento médico en el Centro Cardio-Neuro- Oftalmológico y Transplante (CECANOT) ya que su seguro, el SEMMA, no le cubre.  Virtudes no sabe cuánto ha gastado en pasajes y en el pago de un maestro   sustituto que le cubra su ausencia en las  clases para   hacer las gestiones y lograr una solución a su problema.   

 “Me siento muy mal  porque  salir a pedir no es la norma ni el norte de uno, tampoco le queda bien a un maestro andar con una mano extendida y eso es lo que  estamos haciendo, pidiendo, porque ¿de dónde un maestro va a conseguir cerca de medio millón de pesos para una cirugía”, dijo.

Arrepentida de ser maestra.  Otra maestra que muestra indignación  por su precaria situación económica es María Cristina Henríquez, quien tiene que gastar RD$3,000 diariamente en medicamentos para tratar a su hijo, que hoy tiene 15 años y  padece hipertensión pulmonar. Ella no critica su seguro, el SEMMA,  pues dice,  el problema es el sistema de salud del país.

 “No puedo hablar del SEMMA, es mi vino amargo. pero es mi vino”, expresa la profesora  de tercero y octavo de básica en la escuela Ramona Nerys Sosa, en Sabana Centro de Sabana Perdida. Su salario es de 25 mil pesos mensuales y tiene en el servicio magisterial 25 años. “Los maestros estamos solos. Cuando era joven me decían que si me preparaba tenía todo resuelto, lo creí, hoy sé que todo es una falsedad. Yo estudié, me preparé, he tratado de llevar una vida ordenada y, sin embargo, solo Dios puede con la situación de mi hijo, pues humanamente no tengo capacidad para hacerle frente a su salud.  Su esposo no trabaja y  tiene otros tres hijos.

El seguro del SEMMA solo le cubre  RD$3,000 anuales para medicamentos. Su hijo Ramón Estrada tiene que tomar a diario 10 pastillas. Está a la espera de que el Ministerio de Salud Pública le ayude con el más costoso de los fármacos, la Usenta 125 mg, que cuesta cada pastilla RD$2,050. Esa medicina no la detallan.

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Un fondo especial

La ADP  planteará hoy al Ministerio de Educación  crear  un fondo especial para ayudar a los maestros y a sus familiares en situaciones de enfermedad catastrófica. Pide  medidas que garanticen el cumplimiento de la Ley General de Seguridad Social (LEY 87-0), para el acceso a los subsidios por enfermedad común, riesgos laborales, maternidad y lactancia. En lo inmediato, ordenar el pago de las licencias por maternidad.

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