El drama que viven familiares de pacientes con Covid-19

El drama que viven familiares de pacientes con Covid-19

Personas preguntando por sus pacientes. Duany Nuñez.

Entre la confusión, tristeza y una ansiedad expectante, decenas de familiares de pacientes con covid-19 permanecían ayer en el parqueo del Hospital Francisco Moscoso Puello a la espera de noticias favorables sobre el estado de salud de los suyos.

Sentados en los pocos espacios donde la sombra protectora del candente sol se lo permita, la paciencia obligatoria daba a luz la impotencia, la cual se acrecentaba con el silencio por no querer conversar con los periodistas que, arriesgándose a ser contagiados, intentaban tener alguna reacción de ellos.

“No mijo, no quiero hablar con prensa, cuando viene a ver tú estás contagiado estando aquí”, vociferó una señora que cabizbaja mirando al suelo se percató del intento de este reportero de abordarle.

Ese efecto de fobia a los periodistas se propagó al instante como virus contagioso entre los demás, mientras con la mirada perdida unos, otros observaban la descarga de una veintena de tanques de oxígeno de un camión.

La queja se repite

Solo María Altagracia Guzmán, de 67 años de edad, rompió el silencio al denunciar que la enviaron del hospital Ney Arias Lora a hacerse la prueba del covid-19 y al llegar al Moscoso Puello le dijeron que no la estaban haciendo.

“Estoy apreta’ del pecho”, grita mientras tose repetidas veces. “Me dicen que venga mañana, que hoy es día feriado y que no la están haciendo”, agrega mientras explica cómo gastó su poco dinero en el recorrido para recibir tan desagradable noticia.

Una de las doctoras que se encarga de hablar con los familiares tampoco quiso detallar lo que pasa en la Unidad Covid-19 del hospital, por “no estar autorizada”, pero luego el Departamento de Comunicaciones le informó a periodistas destacados en la fuente, que a las 10:06 de la mañana tenían 18 pacientes ingresados con covid-19.

De estos, uno estaba en intensivos, 14 en internamiento y 3 en emergencia.

Con relación a la vacunación, el flujo de personas fue casi nula y según el personal de puesto en la carpa, que usa para mantener el distanciamiento un pedazo de soga, al ser fin de semana largo influyó en la vacunación, pues solo 8 personas lo habían hecho: uno con primera dosis y 7 para su tercera.