El dulce encanto de “Las mil y una noches”

El dulce encanto de “Las mil y una noches”

La Sala de Teatro Laura Beltrán del Colegio Babeque se satura de encanto con las narraciones fantásticas de los cuentos árabes del Medio Oriente medieval, recogidos en el antiguo libro persa Hazár Absána –“Los mil mitos”– conocido como “Las mil y una noches”.

El director Manuel Chapuseaux utiliza la adaptación para teatro del escritor Mario Vargas Llosa para elaborar una puesta en escena creativa, utilizando la técnica del relato o “mise en Abyme” –puesta en abismo– en la que el relato, en este caso los cuentos, surgen uno del otro, en una cadencia interminable.

Las historias de aventuras y fantasías contadas por Sherezade a su esposo el sultán Sahrigar, es el mecanismo utilizado por ella para retrasar su muerte; sin embargo, la intensidad de los relatos logra entretener y sensibilizar al sultán  que finalmente la perdona. Vargas Llosa parte de la hipótesis de que los cuentos han transformado al sultán en un ser “civilizado y soñador”.

Los personajes protagónicos  Sherezade y Sahrigar, interpretados por Hony Estrella y José Roberto Díaz, al  transformarse en   múltiples personajes dan muestras de  gran versatilidad. La interacción dialéctica entre ambos es manifiesta. José Roberto Díaz explora las posibilidades de Sahrigar y logra  expresar la transformación del fantástico personaje. Así también, en cada personaje representado asume la liviandad del mismo alternando el carácter melodramático con la hilaridad. Por su parte, Hony Estrella, muy superada como actriz, encanta con su gracia, y poco a poco se va despojando del cliché televisivo.

Manuel Chapuseaux construye un espacio escénico  de un  minimalismo aparente con detalles como un simple trozo de tela, al que le otorga vida y proporciona el diálogo. La música, el vestuario, adecuados al ambiente oriental de los cuentos, adicionan a la puesta en escena. Por otra parte hay un manejo elocuente de la movilidad escénica, característica esencial en Chapuseaux.  Con la narración de los cuentos se construye una hermosa parábola que encierra por comparación una verdad o enseñanza moral. La fantasía, la ficción ocupan un lugar en la vida del hombre y por aquello de que soñar no cuesta nada, soñando nos convertimos en lo que ansiamos ser, teniendo la oportunidad real de cambiar, como lo hizo el sultán Sahrigar. Nos alegramos de contar con una sala más para teatro como esta del Colegio Babeque, al tiempo de felicitar dicha institución por tan loable iniciativa.

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