El dúo británico The Ting-Tings encuentra su voz en el invierno de Ibiza

El dúo británico The Ting-Tings encuentra su voz en el invierno de Ibiza

NUEVA YORK. Ibiza es sinónimo de vibrante música electrónica, pero cuando el dúo británico de música alternativa The Ting-Tings pasó por la isla española, se inspiró más en las rarezas de su invierno que en la sudorosa atmósfera de sus discotecas.

Los Ting-Tings tuvieron gran éxito con dos hits muy «new wave» marcados por voces frescas y un bajo funky («That’s Not My Name» y «Shut Up and Let Me Go»), pero después de la tibia recepción que tuvo su siguiente producción, fueron a Ibiza durante un invierno a despejar la mente.

«Es una isla bastante fascinante, porque durante la temporada es conocida como la capital de las discotecas. Pero en invierno está llena de personajes raros y excéntricos. Es un lugar muy azaroso», dijo la vocalista y guitarrista Katie White en una entrevista a la AFP. Entre esos encuentros azarosos en Ibiza, White y su compañero de banda Jules De Martino conocieron a Andy Taylor, el exguitarrista de los gigantes de los años 80 Duran Duran.

Los Ting-Tings no reconocieron de inmediato al viejo músico, pero sí hallaron intereses comunes con él. Finalmente, terminaron pasando 15 meses con Taylor, quien les produjo su tercer álbum, «Super Critical».

El disco salió a la venta a fines del año pasado y estará acompañado de una gira norteamericana que arranca a fines de marzo. En Ibiza los Ting-Tings frecuentaron discotecas pero se dieron cuenta de que no tenían muchas ganas de meterse en el mundo de la «dance music» electrónica.

«Es que no la tenemos en el alma, como sí tenemos el ‘new wave’, el disco y el punk», dijo White. Taylor ayudó a los Ting-Tings a familiarizarse con los sonidos que se producían a fines de los años 70 en Nueva York: la cruda reverberación de clubes punk como CBGB y el ritmo de la era disco de Studio 54, donde Diana Ross cantaba desde la mesa del DJ.

«Cuando vimos eso, nos dijimos que era exactamente lo que estábamos tratando de hacer», dijo White. «La idea era una banda que se instala en la cabina del DJ».

– La miseria de las discos – El primer sencillo del disco es «Wrong Club», que al igual que los éxitos más conocidos de los Ting-Tings está impregnado de una pegadiza y bailable línea de bajo.

Pero el sonido es engañoso porque, en su letra, «Wrong Club» viene a ser un sucesor del siglo XXI de «Pánico», de los Smiths: el tema no es la euforia que sugiere la música sino el aislamiento que deja esa supuesta alegría de la vida nocturna convertida en miseria.

«Hey, estoy en la discoteca equivocada / Escuchando esta porquería / Hey, estoy en la vida equivocada / Que alguien me saque de aquí», canta White sobre una música aparentemente optimista.

En la entrevista, la cantante se explayó un poco más: «Creo que es una historia que a todo el mundo le ha pasado», comentó. «Son las cuatro de la mañana, eres la última persona en la fiesta, todo es una mierda y odias tu vida».

El álbum tiene influencias tanto de la era disco como del mundo nocturno de Ibiza, al menos en su estilo y no directamente en su sonido, en temas como «Do It Again», «Communication» y «Failure». Pero con este disco también vino un importante cambio de dirección.

Luego de que el anterior no tuviera el éxito que consiguió el dúo con su debut en 2008 («We Started Nothing»), los Ting-Tings abandonaron al grupo Sony y produjeron su música independientemente. White dijo que aprecia el apoyo que recibió de Sony, pero que los grandes sellos disqueros no son una buena opción para ellos.

«No entiendo por qué querríamos escribir el mismo álbum de nuevo para tener más ventas. Queremos ser creativos y eso nos convierte en una banda con la que es difícil trabajar en algunos sentidos», dijo.

Parte de su proceso creativo es la grabación nómada: aparte de Ibiza, los Ting-Tings grabaron su álbum previo en Berlín y el primero en su ciudad natal, Manchester.

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