El duro desafío que representa el síndrome del segundo mandato para Medina

El duro desafío que representa el síndrome del segundo mandato para Medina

El reelecto presidente dominicano, Danilo Medina, enfrentará duros desafíos en su segundo mandato y si los supera podrá eludir el «síndrome del segundo mandato» que afecta a otros gobernantes latinoamericanos, según vaticinan los analistas.

Entre esos desafíos se incluyen la lucha contra la corrupción, una verdadera democratización del país, el mejoramiento de la educación y, sobre todo, la eliminación de los desequilibrios sociales que le afectan, según agregan.

Medina, un economista de 64 años fue reelecto el pasado domingo con más del 61 % de los votos, lo que permitirá a su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) completar 16 años consecutivos al timón del país.

El reelecto presidente basó su triunfo en una política de crecimiento que superó el 7 % el año pasado (uno de los más altos de la región según los organismos internacionales), la implementación de programas sociales, la promoción del turismo y el desarrollo de la estructura nacional.

Sobre los resultados electorales Luis Abinader, candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que fue el principal rival de Medina, denunció que la corrupción ha sido uno de los grandes males del actual Gobierno.

«Y esa corrupción será la barrera más importante para el éxito de este Gobierno», según afirmó a Efe Miguel Guerrero, miembro de la Academia Dominicana de la Historia.

«Medina tendrá que dar respuestas al pueblo sobre este problema. El Estado debe aplicar los instrumentos para combatir el flagelo», agregó.

Para el sociólogo Antinoe Fiallo Bellini, la corrupción es un mal que «se ha alimentado de un crecimiento económico que ha favorecido a las minorías sin cambiar la pobreza de las mayorías en un país donde la verdadera democracia no existe».

Según César Pérez, catedrático y experto en asuntos políticos del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), la corrupción es parte del mismo Gobierno dominicano y «no puede continuar en un país donde se compran los votos» y se dice democrático.

Añade que en esta tarea deben participar activamente los partidos opositores a fin de «sistematizar la lucha contra la corrupción» y para que haya justicia y legalidad.

En entrevistas con Efe, los analistas coinciden en que además de la corrupción Medina tendrá que resolver otros problemas que no son tan inmediatos, pero que son de carácter histórico y han obstaculizado el avance económico y social del país.

Entre ellos citan, la necesidad de mejorar la educación en un país de alto nivel de analfabetismo, una concentración urbana que ha empeorado el empobrecimiento de una población explotada por una minoría que se enriquece y el perfeccionamiento del sistema democrático.

Varios presidentes latinoamericanos han padecido el «síndrome de un segundo mandato» caracterizado por denuncias de corrupción a las cuales han tenido que responder ante la Justicia.

Entre ellos se incluyen Cristina Fernández (2007-2011 y 2011-2015) en Argentina o la presidenta brasileña Dilma Rousseff (2011-2014 y 2014-2016), que ni siquiera lo alcanzó a completar antes de que el Congreso la suspendiera del cargo.

Aunque tangencialmente ese síndrome ha perjudicado a la presidente chilena Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-presente) cuya aprobación ha descendido a niveles sin precedentes por acusaciones de corrupción política y financiera, dirigida una de ellas contra la familia de su hijo.

Para Guerrero, «no hay posibilidades de que Medina sufra este problema» aunque reconoce que existen los que escapan a la realidad de cualquier Gobierno.

Para el experto en política nacional, Medina es un presidente «práctico y pragmático» que terminará un ciclo feliz en el que «hizo lo que pudo sin caer en la trampa en que han caído otros».

Sin embargo, Pérez no se manifiesta tan optimista y asegura que «el Gobierno de Medina no va a tener un final feliz».

Asegura que eso se debe a que «no hay política de institucionalización, de inclusión social, de fin del estancamiento».

«En esta época este modelo que se rige por la concentración del poder no posibilita una transformación sin sobresaltos», según pronostica.

Para Fiallo Bellini, el «síndrome del segundo mandato», no tiene relación con los cuatro años más que deberá estar Medina en el Gobierno a partir del próximo agosto.

Pero al mismo tiempo advierte que en los últimos 30 años la República Dominicana ha acumulado los factores que podrían desencadenar una explosión social, entre ellos la injusta distribución de la riqueza.

«Tarde o temprano esto puede aflorar en una crisis social, una situación crítica que puede tener distintos desenlaces, entre ellos una revuelta popular», según explica.

Para el sociólogo «existe una situación de crisis mundial en estos momentos y de ella no puede escapar Medina».

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