El “eh” de la duda, la palabra que suena igual en muchas lenguas

El “eh” de la duda, la palabra que suena igual en muchas lenguas

Sídney (Australia). Cuando tenemos una duda muchas veces decimos “eh” y, aunque parezca trivial, se trata de una palabra que tiene un sonido muy similar en muchas lenguas y supone una herramienta crucial en la comunicación humana.

“Eh” se apoya en “un sistema de comunicación en el que las personas son capaces de lograr captar la atención y el apoyo de otras para que cooperen y repitan lo que han dicho”, dijo a Efe el etnolingüista Nick Enfield, de la Universidad de Sídney.

Esta palabra “solo tiene sentido cuando existe una lengua, ya que los animales no dicen algo así”, explicó Enfield, al insistir en que no hay razones para pensar de que se trata de una respuesta primitiva anterior a la capacidad de comunicarse verbalmente.

Enfield, Mark Dingemanse y Francisco Torreira, del Instituto Mark Plack de Psicolingüística, en Holanda, recibieron recientemente uno de los Premios Ig Nobel otorgados por la revista de humor científico “Anales de la Investigación Improbable” por su investigación «¿Es ‘eh’ una palabra universal?”, publicada en 2013.   Sin mucha reflexión, una persona común quizá tendería a pensar que “madre” o “mamá” pudiera tener un sonido más universal, pero no es así, algo que tampoco sucede con palabras comunes como perro, que se dice “dog” en inglés, “inu” en japonés o “chien” en francés.

El lenguaje humano es arbitrario y no requiere que exista una conexión entre el sonido y el significado de las palabras y en el caso de “eh”, que sirve para clarificar rápidamente una duda, se produce una excepción en la similitud en su sonido en lenguas, que muchas veces no pertenecen a la misma familia.

“Eh”, como se dice en español, suena casi igual en inglés, ruso, mandarín, holandés, islandés, italiano y laosiano e incluso en lenguas poco conocidas como cha’palaa (indígenas Chachi de Ecuador), siwu (Ghana) o murrinh-phata (aborígenes australianos).

En su estudio, los etnolingüistas galardonados con el Ig Nobel hallaron que si bien es cierto que en las diez lenguas estudiadas en detalle la interjección no es exactamente la misma, su variación es mínima, una observación que se confirmó en otras 21 lenguas analizadas adicionalmente, que incluyó al yurakaré (Bolivia).

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