El ejemplo de un ciudadano

El ejemplo de un ciudadano

Cuántas veces nos hemos quejado porque todo va mal. Queremos cambiar el mundo, o al menos nuestra vida, pero apenas lanzamos una escueta plegaria y procedemos a cruzarnos de brazos.

Él ha decidido hacer algo distinto.

Aunque es un ciudadano común y corriente, sin un apellido sonoro ni recursos para malgastar, Allan Tiburcio Andrickson ha sido más valiente que muchos de nosotros: se ha “empoderado” de la ley general 200-04 de Libre Acceso a la Información Pública y, con ella como estandarte, ha exigido que más de 100 instituciones públicas le ofrezcan los detalles de las nóminas de funcionarios y empleados, con cargo, sueldo y número de

cédulas, así como bases de datos.

De estas dependencias, sólo 50 accedieron con facilidad a entregar su nómina, mientras 30 las tienen publicada en su página de Internet (aunque muchas de ellas no están completas).

Pese a lo vano de su esfuerzo, Allan no ha desmayado. Por eso ahora, a pesar de no tener ni siquiera empleo, ha decidido librar una nueva batalla: que las 23 organizaciones políticas del país le expliquen qué han hecho con los más de RD$1,000 millones recibidos desde el 2008 hasta el 31 de agosto de 2009.

Producto de su nueva batalla, este ciudadano demandó al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en el Tribunal Contencioso, Tributario y Administrativo, gracias a lo que consiguió que le entregaran una parte de la relación de ingresos y egresos de la organización política.

¿Su objetivo? Demostrar que los ciudadanos debemos dejar atrás la desidia y, tomando

iniciativas como ésta, podemos lograr que en el país haya más transparencia. Todos deberíamos seguir su ejemplo. De hacerlo, quizás tengamos un mejor país.

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