Arturo Martínez Moya 
La política es ciencia y taller. Con sus ejecutorias el estadista debe demostrar que conoce los fundamentes teóricos en que se apoya la práctica. De lo contrario improvisa y paga un costo político.
Como le sucede Donald Trump. Carece de una cosa y de la otra, por eso su gestión está cargada de improvisaciones que terminan en fracaso. Luce atrapado con el financiamiento del muro. Para presionar a políticos profesionales, con “taller político”, cerró parte del gobierno, violando un fundamento de la gestión política: no abrirse varios frentes al mismo tiempo. Primero fue la guerra de tarifa con China, que claramente está perdiendo, los agricultores, su principal apoyo electoral, están furiosos, pagan un costo para conseguir nada.
Aumentó el costo político que paga cuando sigue adelante sin importar lo que dicen las encuestas, que sus decisiones no tienen el apoyo mayoritario de la población porque rechaza el muro y el cierre parcial del gobierno, con el agravante de que a estas alturas las pérdidas para la economía superan los seis mil millones de dólares que pretende. También rechaza la guerra comercial que reduce el volumen de productos agrícolas exportados.
A lo dicho se suma que los principales servicios de proyección macroeconómica hablan de ralentización del crecimiento del PIB en los Estados Unidos, y de aceleramiento de la llegada de recesión a escala global, si por el conocido efecto en cascada el daño “auto-infligido” se combina con alzas de los tipos de interés. Proyectan caída de las actividades económicas a nivel mundial no obstante el Banco Mundial haber proyectado para este año un crecimiento de 2.9%, similar al 2018.
Trump no aguanta más, el tiempo juega en su contra, por sus errores políticos la reelección está en peligro. Quiere echar para atrás el litigio con China, hacer la paz comercial pero con un arreglo que le permita decir que ganó, aunque la realidad diga lo contrario. No le importa. Y sobre el muro toma cualquier suma adicional.
Los responsables de nuestra política económica deben mantenerse alertas con un panorama externo cargado de incertidumbre, podría mejorar o empeorar, ni Trump lo sabe. Debe monitorizar la debilidad de las estadísticas de exportaciones de Alemania por su condición de motor de la Europa del Euro, que creció 1.9% en 2018 y para este año proyecta solo 1.7%. Los datos se sitúan en la frontera de la recesión, llevando al Banco Central Europeo a postergar la normalización de su política monetaria, a decir que es alta la probabilidad de que no aumente el costo del dinero en el último trimestre de 2019.
Aunque es parcial el cierre de los servicios públicos en los Estados Unidos, reduce el poder de compra de muchas familias, con el peligro de que genere un efecto dominó en economías de América Latina y el Caribe. Como República Dominicana, donde las remesas jugaron un importante papel en el crecimiento sostenido del PIB en los últimos años, a través de un mayor consumo, inversión y ahorro. Sumaron US$6,524.6 millones en 2018, un 8% del PIB, más de cuatro veces los US$1,500 millones de 2000. La misma importancia relativa tuvo el turismo, a la economía ingresaron US$7,610.4 millones en 2018, un 9.5% del PIB.
