GAZA.- Once personas, entre ellas nueve activistas y dos niños, han muerto en un ataque aéreo israelí contra un campo de refugiados del norte de la franja de Gaza.

El ataque se dirigió contra un vehículo que, según el Ejército israelí, iba cargado con cohetes ‘Katyusha’, capaces de ser lanzados a 20 kilómetros de distancia.

Según testigos palestinos, los ataques fueron dos, y el elevado número de víctimas se debe a que, después de que cayera un primer misil sobre el vehículo en el que viajaban activistas de Yihad Islámica, el Ejército israelí disparó otro cuando habían llegado al coche transeúntes que intentaban asistir a los heridos.

Sin embargo, el Ejército israelí mantiene que sólo hubo un ataque.

Las fuerzas armadas y el ministro israelí de Defensa, Amir Peretz, han insistido en que los ataques contra la franja de Gaza se justifican porque los milicianos palestinos no dejan de lanzar cohetes desde Gaza contra la zona fronteriza de Israel.

«Fue un ataque contra un automóvil que se dirigía a lanzar cohetes contra Israel», dijo una portavoz en Tel Aviv.

El Ejército israelí asegura que, desde el incidente del viernes en el que murieron siete personas en un ataque en una playa, cuya autoría está aún por esclarecer, milicianos palestinos han disparado contra Israel un centenar de misiles de fabricación casera.

En declaraciones a la prensa, poco después de que se informara del último ataque, Peretz defendió la operación diciendo que: «No hay ni tregua, ni inmunidad para los terroristas palestinos y emplearemos todo nuestro poderío contra quien nos ataca».

El ataque se producen mientras el Ejército israelí trata de esclarecer las causas de la explosión que acabó con la vida de siete personas en una playa de Gaza.

Israel sospecha que la detonación podría deberse a una mina terrestre palestina, y acusa a Hamas de retirar todos los restos de los explosivos. Esta tarde el Ejército entregará las conclusiones de su informe al ministro de Defensa, Amir Peretz.

Mientras tanto, sigue la violencia en otro frente, el de las facciones palestinas y, en las últimas 24 horas, se han producido sangrientos enfrentamientos y disturbios entre las milicias del grupo nacionalista Al Fatah y del movimiento islamista Hamas.

El presidente palestino, Abu Mazen, ha ordenado incluso la movilización de la guardia presidencial para tratar de controlar la situación.

Entre los incidentes de las últimas 24 horas destaca el que las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, afiliadas a Al Fatah, irrumpieran en la oficina del primer ministro en Ramala, donde encendieron un fuego y causaron serios destrozos.

Haniya no utiliza esa oficina, pues Israel no le permite cruzar su territorio para viajar de Gaza a Ramala.

Pese a estos enfrentamientos, Haniya y Mazen deberían reunirse esta noche para una nueva ronda del diálogo que mantienen sobre el referéndum que ha convocado el presidente sobre un plan para un futuro estado palestino.