El Ejército de Birmania declaró este lunes el estado de emergencia y tomó durante un año el control político del país tras detener a varios miembros del Gobierno, incluida a la líder birmana y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
El hasta ahora vicepresidente, Myint Swe, que fue nombrado en el cargo por los militares gracias a la potestad que les reserva la actual Constitución, asumió la presidencia interina y le cedió todos los poderes al jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, informó el canal Myawaddy News, perteneciente a los uniformados.
Los militares justificaron el golpe por un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre y aseguraron que la Comisión Electoral había sido “incapaz de resolver el problema».
La toma del poder castrense llegó pocas horas después de la detención de la líder de facto del país asiático, consejera de Estado y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y del hasta hoy presidente birmano, Win Myint, además de varios ministros y dirigentes del partido gubernamental Liga Nacional para la Democracia (LND).
ntre la treintena de detenidos se encuentran además activistas, escritores y artistas, según una lista extraoficial a la que tuvo acceso Efe. El Parlamento de Birmania tenía previsto celebrar este lunes la primera sesión de la legislatura tras las elecciones de noviembre de 2020, en las que la LND, formación de Suu Kyi, consiguió revalidar el poder con una abrumadora victoria.
En un comunicado colgado en un perfil verificado en Facebook de la LND, la formación pidió a los ciudadanos en nombre de Suu Kyi que no acepten el golpe de Estado perpetrado por los militares hoy y que protesten.
“Las acciones de los militares llevan de nuevo al país a la dictadura”, señala el escrito.
Las líneas de teléfono y comunicaciones fueron cortadas desde primera hora de la mañana en todo el país mientras solo alguna líneas de internet siguen operativas. El único medio de comunicación que está emitiendo es el canal de los militares.
La Asociación de Bancos de Birmania anunció en un comunicado el cierre de las entidades debido a la “inestabilidad del sistema y la lenta conexión a internet” desde hoy y hasta próximo aviso, aunque algunos bancos pertenecientes al Ejército siguen operativos.
Durante la mañana se vieron en Rangún, la mayor ciudad del país, largas colas en los cajeros automáticos de los bancos, que en algunos casos se habían quedado sin efectivo.
Birmania supuestamente ha cerrado además el espacio aéreo desde hoy y hasta el 31 de mayo, según una comunicación enviada a las aerolíneas a la que han tenido acceso fuentes diplomáticas.
Tras conocerse las detenciones, el Gobierno de EEUU dijo estar “alarmado” por los acontecimientos en Birmania y pidió a los militares que liberen a los políticos detenidos y se adhieran a los principios democráticos.
Japón hizo por su parte un llamamiento a Birmania para que resuelva pacíficamente los conflictos internos en el país tras el golpe de Estado militar e India defendió “la transición democrática” iniciada en el país en 2011 tras casi medio siglo de dictadura del Ejército.
Los rumores de golpe de Estado se habían ido intensificando desde que el pasado martes el portavoz militar Zaw Min Tun se negara a descartar la toma del poder por parte del Ejército tras denunciar supuestas irregularidades en las elecciones legislativas del pasado 8 de noviembre.
El poderoso Ejército de Birmania, que gobernó el país entre 1962 y 2011, cuando se inició una transición controlada hacia la democracia, finalmente rechazó el sábado esa posibilidad y garantizó en un comunicado su compromiso con la defensa de la Constitución.
La aplastante victoria electoral de Suu Kyi demostró su gran popularidad en Birmania, a pesar de su mala reputación internacional por las políticas contra la minoría rohinyá, a la que gran parte se le niega la ciudadanía y el voto, entre otros derechos.
Las supuestas irregularidades en los último comicios fueron denunciadas en primer lugar por el Partido de la Solidaridad y el Desarrollo de la Unión (USDP), la formación creada por la anterior junta militar antes de disolverse.
La Comisión Electoral ha negado el fraude electoral en las elecciones de noviembre, ganadas con una mayoría aplastante por la Liga Nacional para la Democracia al conseguir el 83 por ciento de los 476 asientos del Legislativo.
El USDP fue el gran perdedor de las elecciones, al lograr solo 33 escaños, y se ha negado a aceptar los resultados, llegando a pedir que se celebren nuevos comicios organizados por el Ejército.
Los militares, que redactaron la actual Constitución en un plan de ruta para lograr una “democracia disciplinada”, contaban ya con grandes poderes en el país, al disponer del 25 por ciento de los escaños del Parlamento y de los influyentes ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.