El emblemático diario francés de izquierda Libération al borde de la quiebra

El emblemático diario francés de izquierda Libération al borde de la quiebra

PARïS. El diario francés de izquierda Libération, fundado en 1973 por Jean Paul Sartre y durante décadas sinónimo de creatividad y anticonformismo, se encuentra al borde de la bancarrota, sumido en una crisis que provocó una ruptura entre la dirección y la redacción del rotativo.

Tras la renuncia la semana pasada del director del diario Nicolas Demorand, las cabezas siguen rodando. En los primeros once meses de 2013, el rotativo perdió más del 15% de ventas, que se situaron en los 97.299 ejemplares el pasado noviembre, el peor resultado desde hace al menos quince años.

Uno de los principales desafíos del diario es ganar nuevos lectores entre los jóvenes, a medida que va perdiendo los de la generación que lo leía desde los 70. En los últimos años se acometieron varios cambios de fórmula y hubo diversas tentativas de reflote financiero, sin lograr frenar la caída libre de las ventas.

Tras una larga y acalorada reunión del consejo de vigilancia, Philippe Nicolas, copresidente del directorio, fue destituido por los accionistas y reemplazado por François Moulias, asociado al empresario Bruno Ledoux, uno de los principales accionistas junto a Edouard de Rothschild. Hace dos semanas, Ledoux desencadenó una ola de indignación en la redacción al anunciar el proyecto de los accionistas de convertir el rotativo en una red social, con varios soportes de pago, y transformar la sede parisina en «espacio cultural».

Inquietos frente a estos cambios, calificados por los periodistas de «golpe» y «toma brutal del poder», y sin respuestas sobre las cuestiones financieras, los asalariados de Libération decidieron el viernes interrogar a la dirección acerca de la situación económica.

Una lista de una treintena de preguntas fue transmitida a François Moulias, que deberá contestar a más tardar el próximo jueves, antes de una nueva reunión del comité de empresa al día siguiente. «Las reuniones se suceden, las semanas pasan y seguimos sin saber hacia dónde vamos», dijo Tonino Serafini, delegado del sindicato SUD.

«El futuro es confuso, necesitamos que nos aclaren las cosas», insistió Hervé Marchon, delegado del sindicato SNJ del diario.

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