TOKIO. AFP. Miles de personas acudieron el lunes al palacio imperial de Tokio para celebrar los 80 años del emperador Ahikito, quien rindió homenaje a su esposa, por acompañarlo en la tarea «solitaria» al frente de la monarquía más antigua del mundo.

«Ser emperador puede ser una labor solitaria», declaró Ahikito en una entrevista difundida el lunes por la agencia imperial. «Pero la presencia a mi lado de la emperatriz me aportó consuelo y felicidad. Ella siempre respetó mi posición y me apoyó», agregó.

Según el palacio imperial, cerca de 24.000 personas agitaban pequeñas banderas bajo el balcón del monarca, a quien gritaban «¡Banzai!» (larga vida).

Ahikito, que subió al trono del país nipón en 1989, tras la muerte de su padre, el emperador Hirohito, también tuvo unas palabras para las víctimas de las catástrofes naturales en Japón, como las del tsunami de marzo de 2011. «Pasaré mis días esperando la felicidad de todos», dijo el «soberano celestial», como se denomina al emperador japonés.