El próximo director ejecutivo de Wal-Mart es un guardián de la cultura ahorrativa de la cadena.

En la reunión anual de Walmart del año pasado, Doug McMillon subió al escenario e hizo un cóctel. Se sirvió una lata de Coca-Cola en un vaso de comino, pimienta negra y jugo de limón para hacer una Coca-Cola masala hindú. «¿Puede imaginarse a qué sabe?», preguntó él.

McMillon, director de Negocios Internacionales de Walmart, necesita un conejillo de Indias: «¿Dónde está Mike Duke?», preguntó. «Mike, ven aquí». Duke, su jefe y director ejecutivo de Wal-Mart, pasó al frente, tomó un largo sorbo, y de forma poco convincente declaró: «fantástico». Cuando regresó a su asiento, McMillon dijo: «¿Usted conoce ese sabor que usted tiene en la boca en este momento? Ese sabor va a estar ahí durante aproximadamente 48 horas». La audiencia de empleados de Wal-Mart se echó a reír.

El momento era típico de McMillon, quien es reconocido como un encantador del sur con una voz muy suave – pero tajante. Ese día se encontraba como un adolescente precoz divirtiéndose a expensas de su disgustado padre. Ahora es el momento de él hacerse cargo de la tienda de la familia. Walmart dijo esta semana que McMillon se convertiría en director ejecutivo el 1 de febrero.

En gran medida, este hombre de 47 años de edad, es un niño de Walmart, donde ha trabajado durante casi tres décadas, formado en las formas folclóricas y hasta despiadadas de su fundador Sam Walton.

Se crió en el Estado natal de Walmart, Arkansas, y es uno de los favoritos de los hijos de «El señor Sam». Su participación de cerca del 50% en Walmart le da la última palabra en las grandes decisiones en la oficina central localizada en Bentonville, así como una fortuna de 130 millardos.

McMillon se hará cargo de una empresa que, con ventas de US$469 millardos el año pasado, se ubica como la empresa más importante del mundo, pero él también heredará una serie de desafíos.

Walmart ha sido demasiado lenta para los cambios observados en EEUU, donde sus ventas están cayendo, y ha sido demasiado precipitada en el extranjero, donde ha aumentado los ingresos anuales por cerca de US$37 millardos, pero además, cometió errores en la presteza por expandirse en China y Brasil. También es probable que esté a cargo de la conclusión de una investigación de corrupción que comenzó con acusaciones de soborno en México, pero que se ha extendido hasta Brasil, China y la India.

Siendo adolescente,

McMillon trabajó primero para Wal-Mart como ayudante de almacén en el verano de 1984. Conoció a su esposa Shelley en otro trabajo de verano en el Banco de Bentonville. En 1990, cuando estaba estudiando para su MBA en la Universidad de Tulsa en Oklahoma, se reincorporó a Walmart como aprendiz de comprador en la tienda 894.

Robert Morris, un amigo de ese tiempo, recuerda que ganó un torneo de baloncesto de la iglesia junto a McMillon. «Él era, literalmente, uno de esos tipos que le gustaba a todos. Lo tenía todo. Era guapo, bueno en los deportes, inteligente, tenía una gran ética de trabajo», dice. «Todos los chicos lo amaban y todas las chicas también lo amaban».

McMillon se mudó a la sede de Wal-Mart en 1991. Llegando entonces, el año anterior al deceso del señor Walton cuando todavía era director, le dio historias de primera mano del Sr. Sam, que Duke, quien llegó más tarde, nunca tuvo. En su primer día, McMillon encontró una nota en su escritorio con la queja de que la línea de pesca de Kmart era más barata que la de Walmart. Se la entregó a su jefe quien reaccionó con horror: «Esto es de Sam Walton. ¿Lo arreglaste?» La lección, de acuerdo a McMillon, era prestar atención a los detalles y actuar con urgencia.

Él emergió de las filas mayormente como un comerciante eligiendo los productos de Walmart. Luego, en 2006, se hizo cargo del club de Sam, tienda de almacén de compras a granel de Walmart, antes de convertirse en director de su negocio internacional en el 2009.

Mike Cockrell, exejecutivo que trabajaba para él en la India, dice que McMillon se dedicó a visitar los mercados más importantes – y trajo a su esposa y sus dos hijos. «De alguna manera este se humanizó en todos los países. Y le dio a su familia un buen entendimiento de lo que era su trabajo. La razón por la que iba a permanecer mucho tiempo fuera».

En el trabajo, McMillon es deliberado y decisivo, añade Cockrell. «Él tiene altos estándares para las personas que trabajan con él o que le rodean. Él tiene una tolerancia muy baja para las personas que cometen errores – y eso es una cosa de Walmart. Él permite que usted falle una vez. Pero usted no querrá cometer el mismo error dos veces».

Los críticos de Walmart dicen que paga mal a su personal, una acusación que el minorista rechaza. John Marshall, del sindicato United Food and Commercial Workers dice: «El jurado está fuera en relación a Doug McMillon. «La visión optimista es que va a hacer las cosas de manera diferente. «La visión cínica es que la elección de McMillon, que ha sido el aparente heredero durante muchos años, representa una continuación de la filosofía rígidamente antiobrero de Bentonville».

Cameron Smith, un cazatalentos de Bentonville que trabaja con Wal-Mart y sus proveedores, dice que McMillon es uno de los pocos genuinos «guardianes de la cultura». Ese apodo se aplica a menudo a Don Soderquist, un ejecutivo que se convirtió en abanderado de Walton (y escribió que él fundó la compañía sobre «principios que se encuentran en la Biblia»). Cuando el señor Smith compartió mesa con ambos hombres este año, dice, «Estiré la mano y tomé una foto porque pensé, wow, este es el pasado y el futuro».

Leslie Dach, quien renunció este año como ejecutivo de Wal-Mart, dice que se puede creer en la cultura y también en impulsar la modernización. Subraya que McMillon ha hecho ambas cosas. Los analistas dicen que Walmart tiene que cambiar en EEUU porque sus gigantes Supercentros están envejeciendo ya que los consumidores recurren a tiendas de conveniencia y de comercio electrónico. En varios mercados emergentes, Walmart está aún por descifrar la combinación correcta de los precios, productos, diseño de la tienda y ubicación.

En la reunión anual de este año, McMillon tuvo de nuevo la representación de su jefe. Llamando a Duke al escenario, dijo: «Nunca lo hemos visto demostrar su habilidad atlética. «Él había traído un conjunto de reglas del juego de fútbol custodiadas por un defensa de Brasil y quería que Duke diera un tiro penal. Duke tenía otras ideas, y llevó un suplente para dar el tiro. «Eso no está bien», se quejó McMillon.

El suplente de Duke perdió la pelota, disparando el balón por encima de la defensa (él era inglés). Los hijos de Sam Walton necesitan que McMillon sea un tiro más seguro.