El encanto de las mermeladas hechas en casa

El encanto de las mermeladas hechas en casa

Hasta hace poco la variedad de mermelada se limitaba, a los sabores de fresa, piña o melocotón, y su utilización en la gastronomía se limitaba: untadas en las tostadas y galleticas de desayunos meriendas, o como relleno de tarta o pasteles.

Pero de un tiempo a esta parte la situación ha cambiado, a los sabores tradicionales se le han sumado, frutas exóticas, como dátiles, tamarindo, chinola o jenjibre, así también las especias como clavos, canela o anís han ganado un espacio en el universo de las mermeladas. Además las mermeladas no limitan exclusivamente a frutas sino que sus ingredientes se han extendido a las hortalizas y verduras como tomates, pimientos morrones, berenjenas, zanahorias e incluso cebolla.

De lo dulce a lo salado. Por costumbre, es más fácil imaginar la mermelada sobre pan tostado que en un bocado de carne. Y sin embargo, los resultados pueden ser espectaculares cuando acompañan platos salados. Algunos maridajes sorprenden al paladar, generan un interesante contrapunto de sabores y convierten las recetas más cotidianas en platos de lujo (más aún si la mermelada es casera).

Con carnes a la plancha, a la brasa o al horno, va muy bien añadir un hilillo de mermelada. Las de melocotón, albaricoque y naranja son las que mejor van con las carnes. Mientras que la mermelada de limón o de tomate, son muy adecuadas para acompañar un pescado asado.

La combinación del dulce de las mermeladas con el sabor salado del queso es muy rica. Para ensaladas las mejores son la de naranjas y la pimientos.

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