Es aconsejable eliminar el impuesto Ad-Valorem de 16 % a combustibles
El barril West Texas Intermédiate, que usamos como referencia para fijar el precio semanal de la gasolina, gasoil y demás derivados, continúa con su imparable escalada, agregando más incertidumbre a la economía mundial.
Estamos en el grupo de países que sufren las consecuencias del aumento del costo por barril. El Presupuesto Público de este año se preparó con un precio medio de US$45.50, la semana pasada superó los US$66.
Si por el barril de combustibles que importamos de media pagamos US$55, perdemos US$618 millones, porque debemos importar 65 millones de barriles para alcanzar el pronóstico de crecimiento del PIB entre 5.5% y 6.0%. Si por el barril terminamos pagando US$50, perdemos US$293 millones.
Lo que estoy diciendo es que entre 0.79 y 0.37 décimas de puntos del PIB de 2020 (US$78,700 millones) se podría transferir de los hogares y empresas dominicanas a las cuentas de los países productores de petróleo y derivados.
Internamente el impacto se siente en las estaciones de servicios, en una proporción que no está en línea con el cambio de precio del crudo en el mercado internacional.
Me explico. Por ejemplo, si por el barril de petróleo y derivados pagamos 21% más (al aumentar de US$45.50 a US$55), ¿significa que los consumidores pagarán 21% más? La respuesta es no.
El precio del crudo es solo una parte, hay que sumar otros costos, como el de refinado de lo que se encarga Refidomsa, impuestos, intermediación (mayorista, minorista y transportistas) y un ajuste por galón que puede ser positivo o negativo acostumbrado por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes.
Todo lo anterior se calcula en dólar estadounidense, los combustibles se pagan en divisas, y luego se convierte a pesos, teniendo presente que si nuestra moneda se deprecia, sale más caro la compra de los barriles de crudo y derivados, costo adicional que se transfiere al precio que pagan los consumidores en las estaciones de servicios.
El relato se entiende mejor con números. La semana pasada el galón de gasolina regular se vendió a RD$228.50. Los componentes, un poco menos de la mitad, el 48.7% (RD$111.29), es por el crudo y su refinación, el 16.8% (RD$38.47) por intermediación, y un poco más de la tercera parte, el 35.7% (RD$81.64), los impuestos indirectos: fijo por galón RD$63.83 (Ley No. 112-00) y RD$17.81 (Ad-Valorem de 16%, Ley No.495-06).
Como la suma de los componentes superó RD$228.50, para evitar el aumento de precio el Ministerio de Industria y Comercio introdujo un ajuste negativo de RD$1.70 por galón, en la práctica un subsidio al consumo de gasolina regular, significa que el Gobierno dejó de cobrar ese dinero. Por todos los combustibles el subsidio de esta semana suma RD$322 millones, mucho dinero.
Cuando se modifique la Ley de Hidrocarburos lo aconsejable es eliminar el impuesto Ad-Valorem de 16%, encarece la gasolina, el gasoil y otros combustibles, y presiona los precios de los bienes de la canasta familiar, cuando el petróleo y los derivados están en alza en el mercado internacional, como ha estado sucediendo.
Pero la revisión de la Ley de Hidrocarburos debe dejarse para cuando se haga la reforma fiscal integral, en este momento las finanzas públicas no están en condiciones de sacrificar fuentes de ingresos.