A diferencia de la reforma tributaria ejecutada en Chile en 2014 por el Gobierno de Michelle Bachelet, que se enfocó en los impuestos a las empresas, el pacto tributario que busca lograr el gobierno del presidente electo Gabriel Boric, busca hacer énfasis en el impuesto a los ingresos personales, según reveló el futuro ministro de Hacienda, Mario Marcel.
Según informa el diario digital Emol, en Chile, los impuestos a las rentas personales son dos: el impuesto de segunda categoría, que se cobra a través de las liquidaciones mensuales de los trabajadores dependientes.
Y el Impuesto Global Complementario, que afecta el total de los ingresos percibidos por una persona en un año.
Ambos gravan de forma escalonada las rentas de las personas y, de hecho, la gran mayoría de los trabajadores en Chile no pagan estos impuestos, dado que se encuentran en la parte baja de la tabla, por ende, están exentos.
Es así que más de la mitad de los trabajadores activos en Chile estarían exentos del impuesto de segunda categoría, ya que empiezan a pagar este gravamen quienes obtengan una renta líquida mensual superior a $740,853 y hasta $1,646,340.
Hay quienes proponen disminuir el tramo de ingresos que están exentos, pero no sería algo fácil de implementar dado lo impopular que sería la medida.
También se podría plantear subir la carga tributaria para los tramos medios o, incluso, crear un nuevo tramo para los más altos ingresos.
«Otra manera de mirar este fenómeno es decir que los países OCDE recaudan en promedio por impuestos a la renta personal 8,2% del PIB, en cambio Chile recauda 1,8%. Esto es menor de 4,5 veces, según información a 2016, excluyendo la seguridad social», comentó a Emol el experto Rodrigo Benítez.
Según Benítez, lo que debiera impulsar el Gobierno de Boric para aumentar la recaudación por este medio es «aumentar las tasas de impuestos a las personas en los tramos medios de ingreso», con tasas medias entre 4,5% y 15,5%.