El entusiasmo político oculta el avance haitiano

El entusiasmo político oculta el avance haitiano

A medida que el país avanza hacia las fechas comprometidas para los eventos electorales del 2020 más se descuida el avance de la presencia haitiana ilegal en las regiones del país de mayor dinamismo económico, en especial en el oriente de la isla, donde se concentra el auge turístico y de la producción azucarera.
Solo ahora los dominicanos tenemos atención para la rebatiña electoral en la búsqueda de cargos electivos. Y es que el sebo tentador del manejo de sumas millonarias, que enriquecerían a los favorecidos con sus elecciones como legisladores, alcaldes o regidores, están atrayendo a más de once mil aspirantes. Todos sueñan con su mejoría mientras solapadamente estamos siendo arropados con una presencia de los seres humanos occidentales de la isla que huyen de su pobreza territorial para encontrar su sustento en el oriente de la isla.
Mientras Verón en Bávaro se ha convertido de pleno en un nuevo departamento territorial haitiano, por la masiva presencia de sus nacionales que han convertido esa parte de la llanura oriental en su territorio. Ellos han trasladado sus costumbres, modo de vida, pobreza y vicios a esa parte de la isla. Allí han encontrado su modo de vida asegurado por la presencia de más de 40 mil habitaciones hoteleras. Estas demandan toda clase de servicios, y que los haitianos, por su facilidad del lenguaje, son muy útiles para desenvolverse desde el mantenimiento de los sistemas de aguas residuales, mantenimiento, limpieza exterior de los resorts hasta los servicios de las habitaciones o ser muy buenos camareros.
Con poca cosa Verón supera en población a muchas poblaciones importantes de Haití. Quizás solo está por debajo de Hincha que una vez fue española y conserva muchas tradiciones pero casi es más populosa y progresista que Jacmel, Los Cayos, Puerto La Paz y Gonaives. Y las autoridades dominicanas solo hacen sus aspavientos persecutores en la frontera con el CESFRONT, mientras en la provincia de la Altagracia han permitido una invasión irreversible donde los dominicanos han sido desplazados y ni siquiera compiten en las que era antes su campo reservado de las tareas agrícolas. Y con poco éxito de la ley 168-13 que definió el derecho a la nacionalidad dominicana.
Las autoridades dominicanas, aun cuando hacen mucha bulla de la cantidad de haitianos que deportan semanalmente y los llevan hasta la frontera, prefieren dedicarse más de lleno a vigilar los recursos a su cuidado que permiten sus maniobras de enriquecimiento y no prestan atención a la invasión occidental permitiéndoles en ese dejar hacer los asentamientos más numerosos en la zona rural. Y son en especial los alejados de centros urbanos importantes para no alarmara los dominicanos. Y eso por si acaso una autoridad con un poco de celo patriótico pretenda enfrentar esa avalancha que nos llega de occidente y de lo cual desiste por instrucciones superiores. En varias zonas rurales y de las fronterizas también ya son mayoría en especial donde existe demanda de mano de obra en la agricultura y en la construcción.
Pese a la pobreza de Haití, su mercado depende de los productos agrícolas dominicanos para su sustento, al igual de nuestras escuelas para el aprendizaje de sus hijos en español y de hospitales para las embarazadas que por decenas asisten diariamente a los hospitales del norte, desde Santiago hasta Monte Cristi y en menor escala en la principal maternidad de la capital. Y hay organismos internacionales vigilantes para que los dominicanos no cometamos abusos y discriminaciones con esas parturientas y se les proporcionen las mejores atenciones, medicinas y camas aúnen detrimento de las pacientes dominicanas.
Haití es uno de los principales socios comerciales del país compitiendo con otros países en cuanto a las exportaciones dominicanas. Ya sea por mar o por tierra ingresan a occidente en esta isla en común amplios pedidos de mercancías de toda la variedad que producen las industrias dominicanas. Es una demanda que ha ido en aumento incluso con las relaciones curiosas del empresariado de los dos países que aparentemente no se conocen, pero las cuentas bancarias del empresariado dominicano se nutren generosamente de las compras del vecino consumidor y la atenta mirada fiscalizadora de la DGII y Aduanas.
De todas maneras existe preocupación en sectores muy importantes del país que están viendo ese aumento constante de la presencia del haitiano en todos los lugares del Este convirtiendo a Verón en una población haitiana. Las medidas del gobierno son muy irrelevantes como si fuera tan solo para hacer el aguaje y hasta se estimula para que ingresen todos los que quieran sin ningún control. Eso ha obligado a importantes líderes empresariales del desarrollo turístico del Este alzar su voz de manera de sacudir a las autoridades de su inercia para ver si se toman algún correctivo…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas