En un acto formal, lleno de alegría y sin precedentes en la  realización de un acto político-partidario en la Alma Mater de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la dirigencia máxima del Partido Revolucionario Dominicano –PRD- dio a conocer sus candidaturas para la próxima contienda electoral del 16 de mayo próximo.

En la selección de tantas candidaturas obviamente hubo de haber luces y sombras, y para la Provincia de San Pedro de Macorís, desgraciadamente hubo nuevamente sombras en la selección a la candidatura senatorial.

Parece ser que los que trazan las estrategias electorales en el PRD no analizaron el comportamiento de los reformistas en el cuatrienio anterior, cuando se les ocurrió a la presidencia del PRD de entonces, la triste fórmula de la alianza que el pueblo de inmediato bautizó de rosada; cuando el partido otrora antagónico, el Reformista de Balaguer, se unió al PRD en busca de ventajas electorales, como en efecto resultó.

Hay que hacer un análisis de las candidaturas ganadas en el Congreso y ayuntamientos por el PRD, cuyo representante lo fue un reformista, para conocer que fuimos traicionados en la mayoría de los cargos, ya que los ganadores se fueron a formar fila con el gobierno peledeísta.

En el caso de las sindicaturas, la más insigne de todas fue la de Santiago, con el actual Síndico que usufructúa dicho cargo, gracias a que el PRD lo llevó en su boleta, y tan pronto ganó pasó al gobierno, y ahora pretende repetir en el cargo, bajo el ala del “gallo morao” en las filas peledeístas como los tránsfugas, sin importar las legítimas aspiraciones de los propios líderes locales peledeístas.

A los estrategas del PRD se les olvidó que el Senador William en SPM ganó con los votos de los perredeístas, quienes indignados porque el PRD llevara en su boleta electoral en la desdichada alianza rosada al personaje que  usurpando una senaduría sin haberla ganado en el 1984, contribuyó a que a José Francisco Peña Gómez le hicieran el más monstruoso fraude electoral, por lo que decidieron volcar su preferencia electoral por el candidato del PLD.

Desgraciadamente, William no supo mantener lo que los petromacorisanos esperaban de él, sobretodo por su origen humilde y cocolo. 

En esta ocasión, el PRD comete nuevamente el error de llevar un reformista que está íntimamente ligado al senador derrotado y que actualmente ostenta una diputación del reformismo por la provincia de La Altagracia, después de ser Síndico reformista por SPM y abandonar el cargo precisamente después que el huracán George desoló parte de la provincia.

Y por si fuera poco, los estatutos del PRD señalan claramente que hay que militar en el partido por lo menos dos años para optar por una candidatura electiva nacional; sin embargo, en esta ocasión esto ha sido olvidado.

Considero que aún es tiempo de que reflexione la dirigencia máxima del PRD y lleve a un perredeísta entre tantos excelentes dirigentes que tiene el partido en San Pedro de Macorís.