El escritor, investigador y político Rafael Chaljub Mejía, quien confesó haberse sentido atraído por la escritura desde hace muchos años, ha escrito varios libros sobre la música típica dominicana, entre los que se destacan “Por los caminos del merengue” y “Antes de que te vayas”.
En una entrevista realizada para el programa radial “Revista Dominical Dejando Huellas”, producido por el periodista Onorio Montás, el autor habló acerca de uno de los principales componentes de la cultura dominicana: El merengue, declarado patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2016.
De acuerdo con el escritor, el sentir del pueblo se ve reflejado en las letras de estas canciones que han transmitido de generación en generación.
Chaljub manifestó que el origen de este popular género musical no está claro, ya que existen diferentes investigadores, cada uno con diversas teorías que no logran complementarse.
“Pasarán muchos antes de que se llegue a un punto de vista en común” dijo.
Tradicionalmente, el merengue se tocó con instrumentos de cuerdas que generalmente eran construidos por los mismos campesinos utilizando madera y tripas de chivo que se templaban y se secaban al sol a modo de cuerdas. Entre estos instrumentos se destacan el güiro de bangaño y los marimbis.
Sin embargo, según Chaljub, las canciones eran muy diferentes a lo que conocemos hoy y no es hasta 1880, con la llegada del acordeón procedente desde Alemania, cuando nace el merengue típico de nuestro país.
Además, aclaró que en el país la guitarra se utilizó desde hace mucho tiempo y se refirió a la banda musical del ejército, dirigida en aquel entonces por el coronel y músico Juan Bautista Alfonseca, alegando que estos interpretaban diversas canciones pertenecientes a este género musical. Es a él a quien se reconoce por ser el precursor primigenio del merengue, puesto que fue el primer músico que lo llevó al pentagrama.
“Hay algunas recreaciones de esos merengues, Juan Américo Mejía las tiene, y es muy notorio lo distinto que era el merengue a lo que fue después a lo largo de los años”, informó.
Destacó que a pesar de que casi todos los instrumentos utilizados son de origen extranjero, la sociedad dominicana tuvo la capacidad de dotar de su propio estilo estas influencias.
Y, señaló que en este género musical existen variaciones como el pambiche, también conocido como “merengue apambichao”, con un ritmo más lento que el tradicional.
Existe una teoría que dice que este estilo tuvo su origen en Puerto Plata, en el 1917, durante la ocupación militar norteamericana, debido a que los estadounidenses no podían bailar correctamente el merengue tradicional.
También, se refirió al jaleo, que era otro tipo de merengue de ritmo lento, compuesto por movimientos sincopados y briosos en los que se toma un estribillo de la canción, con el objetivo de brindar a los músicos y bailarines la oportunidad de mostrar sus habilidades.
El escritor explicó que Rafael Leónidas Trujillo, durante su dictadura, tuvo asesores que vieron la capacidad de este ritmo musical y la facilidad que tenía para conectar con la población, razón por la que lo utilizó para exaltar su mandato.
“Yo digo que fue un promotor, y da pena decirlo, pero creo que fue la única vez que hubo una política de Estado dirigida a promover el folclore dominicano fue en la época de Trujillo”, consideró.
Informó que gracias a Trujillo el merengue pudo constituirse en música nacional que predominó por todo el país durante la época. Sin embargo, también lo catalogó como victimario para el género, pues al tiempo que implementó políticas para impulsarlo, también lo puso al servicio de sus intereses.
Chaljub comentó que con el tiempo “se fue transformando en un instrumento de la tiranía y de la egolatría”.
En otro orden, el autor habló sobre la brecha existente entre las mujeres y hombres que se dedican al merengue. En su opinión, a las féminas se les hace más difícil triunfar en ese ámbito debido a cuestiones relacionadas al comercio y la rentabilidad de su música.
“El mercado impone la música, puedes ser el mejor músico y si no tienes una buena promoción tus producciones no destacan” afirmó.
Sin embargo, esto no significa que las mujeres apasionadas por este género deban explorar otras opciones, pues declaró que existen artistas como María Díaz, oriunda de Nagua, que ha sabido abrirse paso en la industria del merengue.