El espejo de Haití

El espejo de Haití

El espejo de Haití lo hemos tenido frente a nosotros durante años. En varios artículos por este mismo medio, tratamos de explicar al país los cambios que se estaban produciendo en la vecina nación. Hoy la Republica de Haití es un país que ya dejó de existir. Solo queda el nombre.

Causa preocupación y dolor ver los soldados cascos azules de la ONU, ocupando el país, tratando de imponer el orden. La desintegración de Haití llegó por el simplismo con que los haitianos quisieron explicar a si mismos y al mundo su realidad y por no castigar a los verdaderos culpables. La comunidad internacional señala la corrupción de los políticos y de la elite haitiana como una de las causas de la desintegración del país. En el espejo de Haití debemos vernos los dominicanos para compararnos. )Quienes han sido más corruptos, los haitianos o los dominicanos? Advierto que, si en la Republica Dominicana persisten insatisfechos los reclamos sociales, la corrupción y la impunidad, ineludiblemente caeremos en la ingobernabilidad igual como en Haití y los cascos azules de la ONU, cruzaran la frontera.

Los dominicanos queremos a la Patria con amor de hijo, por eso no podemos permitir que la violen todos los días. )Acaso es la Patria quien tiene el poder de la ley en sus manos y no la aplica? No, es el Estado quien no cumple. Nuestro país está en peligro de desintegración. Ya hemos escuchado voces y hemos visto acciones que alientan el desconocimiento del Estado de Derecho. La debilidad del Gobierno va conduciendo a la fragmentación del Estado Nacional, y es más, el Estado ya no existe en algunas regiones del país donde la delincuencia, el crimen, la anarquía, dominan el ambiente y donde no se respeta la propiedad privada imperando el caos y el desorden.

La posible desintegración de la República es incluso objeto de análisis internacional. Nosotros no queremos eso. Apostamos por un país productivo y de progreso. El país se debe levantar y alzar su voz con fervor cívico para cambiar de agenda. No queremos ser parte del suicidio. Hemos sido pacientes pero nunca seremos mansos. No se equivoquen: La Republica Dominicana decidirá su destino. Repito lo que escribí en el 2002, sobre la Crisis haitiana: «Los dominicanos, debemos ser los arquitectos de nuestro propio destino. El futuro económico descansa en nuestras propias manos con las políticas económicas que decidamos adoptar y aplicar, sin copiar ningún otro modelo histórico, guiados solo por nuestras fuerzas y nuestros instintos».

Por ello, antes que sea demasiado tarde, propongo iniciar la tarea urgente de la Refundación del país para abrir el camino de la justicia, de un Estado de Derecho, del orden, del trabajo, del crecimiento económico, del bienestar y de la prosperidad. Solo así evitaríamos vernos en el espejo de Haití.

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