Sin desmedro de los festejos que propician la unión familiar y envuelven el hogar en la magia de la Navidad, esta época sagrada nos llama a iluminar y reencauzar nuestra vida, expandir la conciencia crítica que abraza a todos los seres, naciones, razas y credos.
Nos invita a rescatar el espíritu de la Navidad, a sentir la armonizante y pacificadora luz del amor divino, recordando que Jesús encarnó en tiempos difíciles y demostró al mundo que el poder del amor, del entendimiento, el perdón y la compasión es mucho mayor y duradero que la capacidad destructora del egoísmo y el odio.
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Sigamos el ejemplo de Cristo, conscientes de que con cada buen pensamiento y acción podemos expresar el amor de Dios en nuestro entorno, expandir la solidaridad, creando día a día, tanto interior como exteriormente, un cielo de paz, armonía y entendimiento.
Impregnemos de espiritualidad la fiesta de su nacimiento, conmemoración en la que el materialismo, el consumismo y el hedonismo mantienen ausente al festejado. Pongamos en el centro a Jesús, replanteándonos cómo y para qué celebramos su natalicio.
Regalos de amor y perdón
Convirtamos la Navidad en una época especial para acercarnos a los demás no sólo con obsequios materiales, sino, con los regalos de un corazón magnánimo: amor, compasión, perdón y comprensión, dedicando tiempo y atención a los necesitados.
“Siempre que haces algo por otra persona, sin motivo egoísta alguno, entras en la esfera de la Conciencia Crística”, afirmaba el maestro Paramahansa Yogananda (1893-1952), fundador de Self- Realization Fellowship (SRF), organización internacional con sede en Los Ángeles, California.
“En el sagrado silencio del templo sin muros que se erige en tu alma, Dios vendrá a ti como gozo, paz y amor ilimitado; y con el toque de su divina conciencia que todo lo abarca, sentirás que se disuelven las barreras de la separación, revelando tu vínculo eterno con Él y con todas las almas, afirmó ese gran líder espiritual, agregando:
___Cada alma que se haya iluminada por ese despertar interior -aunque sea ligeramente- contribuye automáticamente a crear un mundo más armonioso.
Todo lo que digas exprésalo con amor. No lastimes a nadie, no odies ni juzgues a los demás. Ama a todos y contempla a Cristo en ellos. Piensa en cada cosa como parte de un todo universal.
En los ashran y templos en todo el mundo, la gran familia espiritual de SRF dedica un día a la meditación navideña, al igual que en la Asociación de Auto-Realización de Santo Domingo, filial de SRF, que el pasado 24 de noviembre conmemoró el 62 aniversario de su fundación, más de seis decenios siguiendo las enseñanzas de Paramahansaji, quien desde su India natal trajo a Occidente las técnicas científicas de meditación de kriya yoga.
Armonía familiar
Aprovechemos la Navidad para crear un ambiente armonioso en nuestro corazón, en la familia y la comunidad, para configurarnos en ese Dios con nosotros y testimoniarlo ante los demás, convirtiéndonos en servidores de quienes requieran ayuda.
Una transformación espiritual liberadora que expande la conciencia tiene lugar en nuestro ser a medida que nos esforzamos por vivir según el mandamiento que Jesús enfatizó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas; y a tu prójimo como a ti mismo”.
La motivación más profunda para expandir la conciencia más allá de nuestras propias necesidades y deseos proviene del desbordamiento natural de un corazón colmado del infinito amor de Dios”, decía Paramahansaji, precisando:
Que en las meditaciones y actos de bondad y servicio a los demás en Navidad y Año Nuevo sintamos que nuestra conciencia se expande cada día a medida que la llenamos con el amor divino, contribuyendo así a la paz y buena voluntad en nuestras comunidades, las naciones, todo el mundo.
Y esta sea una época para encontrar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, la paz que Jesús vino a traer a los hombres, y descubrir su poder y su luz que moran en nosotros como un regalo de la gracia de Dios.