El espíritu de Navidad se aleja

El espíritu de Navidad  se aleja

Sus buenas acciones, deseos e intenciones se diluyen. Desaparecen los abrazos, las felicitaciones. El intercambio de regalos espontáneos, sencillos o presuntuosos como prueba de amor, de amistad, de gratitud, de afecto, cual perfume que deja el bien amado, se evapora. Deja apenas gratos recuerdos. El hermoso mensaje del buen Jesús, lo bello de “amar los unos a los otros”, pasa a segundo plano. Imperan otros valores. Es la dura realidad, donde el porvenir de la nación, la vida institucional queda en manos del quehacer político, perdida toda credibilidad. Desprestigiado. Pero aún se respira optimismo. No se ha secado la sangre derramada, el robo de urnas, los fraudes en las Primarias del partido morado denunciados por ellos mismos, cuando desde el umbral palaciego se exalta el uso dispendioso de los recursos del Estado y se promueven cenas multimillonarias empresarial que cubren y encubren los altos costos de la campaña electoral que arrastra onerosos compromisos, siendo insuficientes al parecer los impredecibles fondos asignados por la JCE para sostener una democracia desmadejada que se desmadeja por dentro. Y se respira optimismo.
La campaña iniciada a destiempo ha demostrado que mantenerse en el poder a como dé lugar es lo único que importa. Que no deben hacerse demasiadas ilusiones los que aspiran a que mejoren las cosas. Los que sueñan con un porvenir más risueño. Los pobres y marginados, la clase media aplastada, los partidos ensordecidos, de pobrísima visión estratégica que procuran alianzas desorbitadas o no aliarse para impulsar el cambio anhelado, un nuevo rumbo mientras vertiginosamente el 16 de mayo se acerca y algo hiede a podrido.
Pretendiendo soslayar esta realidad, se nos dice: “Los dominicanos tenemos motivos para esperar con optimismo el porvenir.” Pero se quiebra la palabra cuando patéticamente se cruzan luces que no alumbran, “el éxito económico” que no alcanzan a saborear las grandes mayorías, aparejadas con sombras muy sombrías que si enlutan el panorama político social sin lograr explicar cómo y por qué tantas lacras existen, cómo erradicar “las malas artes, la corrupción, la criminalidad, la marginación social, y el acentuado descrédito de nuestras instituciones fundamentales.” Tarea insoslayable, lo que nunca se ha hecho, para lograr una verdadera democracia, una Justicia independiente, un Estado Social de Derecho. Otro editorial alerta: “Enero Nos Trae un Golpe Fiscal.” Se trata de nuevos aumentos de impuestos indirectos que afectaran la canasta familiar encareciendo el consumo de productos de primera necesidad, deprimiendo “a los que menos tienen.” Ocurrencia genial de nuestros gobernantes para hacerle frente al déficit presupuestal premiando a los más pudientes, exonerándoles de cargas en un mundo globalizado donde solo la injusticia crece.
Aquellas lacras y otras que la comunidad internacional y regional denuncia y nos incrimina, “a pesar del insólito “crecimiento económico”, me hacen creer que aquel derroche de optimismo que nos invita a “labrar un país cada vez mejor” seguramente inspirado en el mensaje del buen samaritano , “amaos los unos a los otros” perdura porque aun estamos en Navidad. Felicidades!

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