Apuntes de nuestra historia indican que el Centro histórico en el pasado estaba limitado por una muralla de piedra, actualmente esa fortaleza se extiende hacia el Norte con la avenida Mella, al sur el mar Caribe, al este el río Ozama y al Oeste la calle Palo Hincado.
En esa superficie de tan solo un kilómetro cuadrado se concentra la historia del llamado “nuevo mundo” con una arquitectura colonial que engalana sus calles, plazas y monumentos que narran la memoria del primer asentamiento europeo en América, fundada en 1502 por los conquistadores españoles.
Ese es el núcleo urbano más antiguo de la ciudad de Santo Domingo y de toda América, conocido como “Ciudad Colonial”, “Zona Colonial” o el “Centro Histórico”.
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Más allá de su memorable pasado, conservado entre sus piedras y murallas, también tiene un presente que se refleja en su dinamismo cultural, gastronomía, folklore y calles, algunas remozadas con hermosos adoquines que dan paso a un pavimento llano, convirtiéndola en una metrópoli inclusiva con mira a un futuro prometedor, que ha conllevado una inversión de 120 millones dólares financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el Proyecto de Fortalecimiento del Turismo en la Ciudad Colonial de Santo Domingo (PFTCCSD), el cual tuvo una primera fase donde se invirtieron US$30 millones y una segunda que está en proceso con un presupuesto triplicado de US$90 millones destinados a incrementar el valor del Centro Histórico y revitalizar esta zona para convertirla en un potencial atractivo turístico y otros 3 millones de euros aportados por la Unión Europea que serán usados en electromovilidad y mejoramiento de viviendas.
“Estoy convencido de que el PFTCCSD constituye la intervención urbana de mayor calado que se ha realizado en esta ciudad en las últimas cuatro décadas, teniendo como objetivo la recuperación de su centro histórico desde la perspectiva de hacerla mejor para el discurrir de la cotidianidad de sus habitantes al tiempo de que allí se creen las condiciones de producir bienes y servicios para ellos y para el país”, refiere el sociólogo, urbanista y municipalista César Pérez.
Desde la óptica de los expertos en el tema
La arquitecta Maribel Villalona, quien durante el período de 2012-2018, fungió como coordinadora general del PFTCCSD, en la primera fase del proyecto, define la Ciudad Colonial como una escuela de un modelo urbanístico europeo que permite el uso mixto del espacio, es decir donde se puede tener a muy pocas distancias comercios, iglesias, centros culturales, viviendas, escuelas y centros médicos.
De igual manera el arquitecto Amín Abel Santos, coordinador general del PFTCCSD en esta segunda fase, coincide al afirmar que hoy día Ciudad Colonial constituye un lugar residencial para miles de familias, histórico, patrimonial, cultural, comercial y turístico de primer orden para República Dominicana y la región del Caribe.
En ese mismo orden, el sociólogo César Pérez, sostiene que este Centro Histórico debe ser una ciudad amigable donde se potencie el peatón con una economía dinámica que permita una vida urbana activa. “Una ciudad de mayor dinamismo social y de espacios, sin esto procesos de pérdidas de centralidades de algunos barrios aledaños”.
El encanto de pasear en una ciudad centenaria
Los expertos consultados coexisten en afirmar que la Ciudad Colonial es uno los espacios más agradable de Santo Domingo con sus espacios culturales, museos, monumentos, parques y la emblemática Plaza de España, punto de reunión rodeado de una variedad de restaurantes y terrazas al aire libre que nos convida a un aromático café, degustar la gastronomía local y hasta caer en la tentación de tomarse una cerveza bien fría al tiempo de danzar al ritmo del alegre y contagioso merengue, considerado como uno de los grandes géneros musicales bailables que identifican al dominicano.