El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, pronunciará este viernes 23 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, un discurso en el que exigirá al máximo organismo mundial su membresía como 193 Estado.
Resulta una exigencia carente de contenido, porque el Estado Palestino fue reconocido por las Naciones Unidas mediante su resolución 181 del 29-11-1947 que dividió el entonces Mandato Británico en Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe.
El discurso del presidente Abbas y la petición y/o exigencia correcta sería demandar de la ONU la ratificación y aplicación de la resolución 181, con lo cual quedaría ipso facto, de jure, el nacimiento del Estado Palestino, siempre y cuando no precise refrendarlo el Consejo de Seguridad, porque con suficiente tiempo el presidente Barack Obama advirtió que Estados Unidos vetará la aspiración Palestina.
Es la ocasión, además, para que los 190 Estados, con las excepciones de Estados Unidos y su pupilo el Estado de Israel y algún otro alcahuete, determinen la eliminación del Consejo de Seguridad, con la reforma de la Carta de San Francisco que originó la ONU, el 26-06-1945.
Esto así, porque resulta desde todos los puntos de vista y/o apreciación, que cinco países decidan el destino de la humanidad y de 190 Estados, porque eso no es en manera alguna democracia, que tiene su sustentación primera en el voto de la mayoría.
El presidente de la ANP, Mahmud Abbas, debe decantarse por esos apelativos determinativos, y exponer cómo todos los acuerdos concertados entre palestinos y judíos, han resultado una burla por parte de los segundos, acentuando que ante la imposibilidad de un avenimiento, no hay nada que tratar sino fundar de jure el Estado Palestino y los 190 países aprobarlo y designar ipso facto a sus embajadores en Ramalá. A ver qué pasa.