El Estado soy yo

El Estado soy yo

Un Estado está conformado por un conjunto de instituciones que regulan la vida de una nación, en un territorio determinado, con independencia y soberanía propias, siendo indispensables los ciudadanos, el territorio y las leyes para que su existencia no sea una ilusión, así como la disponibilidad de recursos para subsistencia e intercambio, a fin de mantenerse autosuficiente.

El intercambio se hace básicamente a través del dinero, siendo más fuerte un  Estado mientras más sólida y abundante es su moneda.

El dinero estatal, fuera de la enajenación por venta o alquiler de los recursos naturales, se acumula fundamentalmente mediante la recaudación de impuestos y los ciudadanos en forma individual o a través de empresas, somos los que aportamos la mayor parte, ya que, al comprar una libra de arroz o habichuelas, estamos pagando los impuestos que pagaron el agricultor, el transportista, el almacenista y el detallista, pues nadie vende un producto por menos de lo gastado para procesarlo o distribuirlo.

El dinero que la Junta Central Electoral entrega a los partidos políticos y los más de 1,300 millones que dicen ha gastado el gobierno en repartir canastas, es dinero mío y de todos los que pagamos impuestos y conociendo a nuestros funcionarios “repartidores” no dudamos que en las uñas y bolsillos de algunos de ellos haya quedado mucho más de lo necesario para reabrir la sala de perinatología de la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia y evitar muertes de recién nacidos por hacinamiento y alojamiento inadecuado.

Cada ciudadano debería decir “el Estado soy yo” y mi dinero no debe ser usado para chabacanería electorera, aún con la excusa de que es navidad.     

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