El Estado, una perspectiva bíblica

El Estado, una perspectiva bíblica

El concepto de Estado difiere según los autores, pero normalmente se define como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado.
El Estado desde una perspectiva cristiana, se refiere al orden divino para preservar la organización de las relaciones sociales del hombre en su condición de caído. El mismo se instaura con el fin de promover la justicia y al mismo tiempo evitar el caos dentro de la sociedad. En él, la autoridad es delegada por Dios. Dios es el origen último de toda autoridad y el Estado no tiene derecho absoluto sobre sus súbditos, no tiene un poder que abarque todas las esferas de la vida humana. En este sentido, los poderes del Estado no son autónomos y son responsables ante Dios.
En el libro de Romanos cap. 13:1-7, se describe la relación del cristiano con el Estado. El tema de este pasaje es el de la vida cristiana práctica en respuestas a las misericordias de Dios.
El texto es un llamado al sometimiento a las autoridades civiles y militares, las cuales Dios ha delegado la responsabilidad de castigar el mal y fomentar el bien. El énfasis del pasaje está en practicar el bien, abstenerse del mal y el reconocimiento de que Dios juzga justamente.
En los versos del 4 al 6 se destaca que los servidores públicos son servidores de Dios para hacer el bien, es importante señalar que la palabra que se usa para describir las funciones del servidor público es exactamente la misma para identificar al ministro de la Iglesia. Diakonia, es el término utilizado, por lo tanto los servidores públicos desde el Presidente de la República, los ministros y todos en la Administración Pública, son tan servidores de Dios, como los que sirven en la Iglesia.
El concepto de someterse, utilizado en el pasaje bíblico no debe entenderse en el sentido de obedecer, sino que es el reconocimiento de que otra persona tiene un derecho mayor que el que uno tiene, y la conducta que surge naturalmente de ese reconocimiento. De acuerdo a esta concepción, el sometimiento no es incompartible con la desobediencia, la cual puede darse en el caso de que el Estado requiera lo que no le corresponde al ordenamiento dispuesto por Dios.
El Estado tiene el derecho de exigir sumisión exclusivamente dentro de los límites de su jurisdicción. La obediencia incondicional solo se debe al Señor.
Es preciso señalar que la intención del apóstol nos es definir la naturaleza del Estado, sino promover una pauta pastoral para la conducta cristiana en esa área. Se centraliza en la base del Estado como instrumento de Dios para mantener el orden en la sociedad.
Las funciones del Estado descritas anteriormente, no se refiere a los que las autoridades realizan efectivamente, sino que establecen un criterio en base a lo cual es posible juzgar, para ver en qué medida dichas autoridades están cumpliendo su propósito. La parte de fomentar el bien se relaciona con la justicia estatal, representada por el Derecho romano, es diferente a lo que es la justicia de Dios. La otra parte tiene que ver con reprimir el mal aquí muchos entienden que se relaciona con la pena de muerte, me parece más bien que el apóstol está destacando la capacidad que tienen los gobernantes de recurrir a la violencia, cuando estas así lo entiendan.
En interés de que el Estado Dominicano se acerque al ideal cristiano propuesto, algunos especialistas en el tema de reformas del Estado, proponen unas series de acciones por parte de las autoridades que contribuyan en los aspectos de sanidad de las finanzas públicas. Una mejor canalización del gasto público hacia los sectores que más lo necesitan, lo cual es esencial para la redistribución de riqueza del país.

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