El estatus político de Puerto Rico, las de nunca acabar

El estatus político de Puerto Rico, las de nunca acabar

Después de más de 400 años de coloniaje español, la isla de Puerto Rico fue traspasada por España como botín de guerra hace 114 años al tutelaje de los Estados Unidos, junto con Filipinas, Cuba y Guam, como consecuencia del tratado de París de 1898 que dio final a la guerra hispano americana, a pesar de algunos avances en autonomías obtenidas, Puerto Rico todavía, no resuelve su estatus político. Por eso, Puerto Rico se apresta en noviembre a celebrar su cuarto plebiscito en 45 años, habiendo celebrado ya, en los años de 1967, 1993 y 1998 otros tres.

Entonces uno se pregunta ¿y cuál es el estatus más conveniente para Puerto Rico ? Eso depende a quién usted le pregunte; los estadistas creen que es la estadidad, los independentistas creen que es la independencia y los estadolibristas creen que el estatus actual mejorado, el Estado Libre Asociado, es el mejor. 

El Estado Libre Asociado de Puerto Rico es un territorio no incorporado de los EE. UU. con estatus de autogobierno y aunque los puertorriqueños son ciudadanos de los EEUU desde que el Congreso aprobó la ley Jones en 1917, los puertorriqueños no pueden votar en las elecciones presidenciales de la nación, ni elegir congresistas al Congreso federal.

Aunque tienen todos los derechos y deberes que confiere la ciudadanía americana y la relación con los Estados Unidos es similar a lo de un estado de la unión, en realidad votar en las elecciones federales presidenciales y congresuales, sólo está permitido a los ciudadanos que residan en estados y territorios incorporados y – Puerto Rico es un estado no incorporado-  según falló la Suprema Corte de Justicia de los EE. UU. en 1922 en el famoso caso de Balzac vs Puerto Rico.

Como muchos casos legales, sucede a veces, que un caso que aparenta ser irrelevante como el caso Balzac, fija jurisprudencia importantísima. Sucedió que en la tercera década del siglo pasado, un periodista llamado Jesús Balzac fue condenado por una corte criminal en Puerto Rico a dos años de prisión por libelo. Balzac apeló a la Suprema en su condición de ciudadano de los Estados Unidos, alegando que como él era ciudadano de los EE. UU., le hacía acreedor a ser juzgado por un Jurado, según la sexta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. La Suprema Corte de Justicia falló en contra de Balzac, argumentando que no todos los derechos de la Constitución de los Estados Unidos aplican a un territorio que no está incorporado a la Unión y que la ley Jones que le otorgó la ciudadanía, no expresaba que Puerto Rico fuese un territorio incorporado. Con ese fallo del tribunal más alto de la nación, se decidió que está vedado a los ciudadanos de un territorio no incorporado, votar en las elecciones presidenciales de la nación.   

Después que se le otorgó la ciudadanía a los puertorriqueños en 1917, les tomó casi 33 años obtener el derecho de redactar su propia Constitución para el manejo de los asuntos internos, cuando en 1947 el Congreso de los Estados Unidos aprobó que Puerto Rico podría elegir su propio Gobernador y Congreso insular, rápidamente, Luis Muñoz Marín ganó las elecciones insulares en 1948 con el partido popular y dos años después, los legisladores, constituidos en asamblea constituyente, redactaron la Constitución del Estado Libre Asociado, pero no obstante, están sujetos a los poderes plenos del Congreso estadounidense mediante la cláusula territorial; esto significa que el poder de ejercer su soberanía recae en el Congreso federal, o sea, que los poderes que le otorgaron, al no tener la protección de la Constitución federal estadounidense podían ser revocables.

Pero lo extraño de este nuevo intento por definir su autonomía, es que el próximo plebiscito de noviembre de este año, no es vinculante al Congreso de los Estados Unidos; es decir, que no importa el resultado del mismo, el Congreso Federal no viene obligado acatarlo; por tanto, es difícil entender, cuál es la idea de embarcarse en un nuevo plebiscito, que no implique un compromiso de parte del Congreso de los Estados Unidos en resolver lo que el pueblo decida.

Los puertorriqueños, al no poder votar en la elecciones presidenciales y congresuales de los Estados Unidos, son como ciudadanos de segunda categoría, y ciudadanos de segunda categoría es lo que mas se parece a una colonia; por eso, se merecen resolver su estatus de una vez por todas, lo que sí debemos esperar y respetar, es que sólo los puertorriqueños y sólo ellos, deberán resolver su soberanía, lo que decida el pueblo de Puerto Rico, debería ser ley federal de la Nación e Insular.

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