POR ROSARIO TIFÁ
La moda europea se impone en el hombre moderno actual y durante décadas el traje ha tomado un gran protagonismo, al punto de convertirse en una pieza indispensable en el armario masculino.

Innovaciones han surgido basadas en estilos que se impusieron en el pasado, permitiendo a los diseñadores de moda masculina crear opciones que sean aceptadas tanto por el hombre tradicional, así como por el moderno.

De ahí que se impongan en el gusto aquellos trajes de sacos con uno, dos y cuatro botonaduras, pantalones lisos, con pinzas, doble ruedo o normales. Una relación del pasado y el presente.

La calidad de la tela y el corte son fundamentales  para el diseñador porque además de permitirle realizar un trabajo más acabado, mejor presentado, se constituye en una garantía de credibilidad para el cliente.

El casimir inglés, oxford, lana, combinación de seda y lana y lana peinada son algunas de las telas favoritas para confeccionar un buen traje y la seda y algodón inglés para las camisas, aseguran expertos en moda masculina.

Una correcta selección de los colores de acuerdo a la ocasión, también influye para que el diseñador pueda hacer una buena obra, si partimos del concepto de que los trajes más elegantes son aquellos en tonos oscuros como el negro, gris y azul tan oscuro como la noche.

Blanco, crema y negro son reservados para los trajes de etiqueta como es el esmoquin, chaqué, etiqueta tropical y frac.

Los trajes de otros colores, como marrones, verdes y azules claros, así como los de rayas, son más usuales en ocasiones informales y sports.

Para la temporada primavera-verano de este año continuará llevándose el negro con gran protagonismo y en lo casual, amarillo ocre y verde pastel.

La camisa para los trajes de vestir o de gala debe ser blanca, la corbata regularmente a rayas y los gemelos de indiscutibles calidad como aquellos fabricados en oro, plata y madre perla, plata y ojo de tigre, entre otros materiales.

El zapato será seleccionado de acuerdo a la clase de traje. Los cerrados para el traje formal, los mocasines para los trajes informales o casuales.

 Ahora bien, cuando de moda se trata, la inglesa es mucho más clásica y mantiene la calidad de las piezas desde hace décadas, mientras que los franceses y, sobre todo los italianos han tenido la responsabilidad de imponer nuevas formas e innovaciones.

Y haciendo referencia a la historia, se puede afirmar que la moda para hombres empezó en el siglo XV con los vestidos masculinos que posteriormente dieron lugar al traje actual.

Estos eran en forma de togas y otras prendas más largas que fueron acortándose y transformándose en chaquetas abiertas por delante con mangas con bordados de escudos familiares, entre otros símbolos civiles y militares.

Dos siglos después, la preocupación por la moda contagia a la corte de Luis XVI y se empiezan a ajustar las chaquetas en la cintura, dejando la parte de la cadera amplia. Los encajes también comenzaron a aparecer como adornos relevantes.

Los ingleses son los responsables de imponer el traje tradicional, hechos por maestros de sastrerías, quienes eran auxiliados por aprendices en edades de 12 a 14 años que debían trabajar cuatro años para obtener la categoría de oficiales.

La chaqueta se confeccionaba en un tejido, el pantalón y el chaleco en otro, permaneciendo la elegancia en los trajes de etiquetas, aunque empezaba a despuntar el traje como una prenda de uso cotidiano.

En los años 30 del siglo pasado comienzan a tomar las medidas y hechuras como los usados actualmente, aunque hay que destacar que los patrones de aquella época aún se consideran válidos, siempre con las modificaciones que imponen las tendencias de la moda.

El pantalón es la pieza que ha sufrido mayores evoluciones en el traje, debido a que a principios se usaba corto por debajo de la rodilla dejando fuera completamente las medias y en forma de “pololos  bombaches”.

A principio de 1900, el hombre también incorporó al vestuario las chaquetas o levitas, el pantalón se alargó y comienza a adoptar medidas como las conocidas actualmente.

Actualmente se utilizan lanas de gran “pesaje” con tejidos muy tupidos que han evolucionado a una gran diversidad de tejidos mucho más ligeros, surgiendo diferentes marcas famosas como la italiana Luca Bertoni, la francesa Balenciaga y las inglesas Dormeuil y  Scabal.