El estrabismo o bizquera es curable

El estrabismo o bizquera es curable

POR LUCHY PLACENCIA
Conocido popularmente como «bizquera»,  el estrabismo es una condición caracterizada por la pérdida del paralelismo de los ojos, no miran hacia el mismo lugar: uno de ellos se fija en un objeto, mientras el otro se enrumba en otra dirección. Si la desviación es muy grande, constituye un defecto estético llamativo y acarrea importantes problemas de visión.

«El estrabismo afecta mayormente a niños y niñas, quienes deben ser examinados a los cuatro meses», indica el doctor Gernot Winkler, oftalmólogo pediatra de la Fundación Centro Láser y el Hospital Doctor Elías Santana, quien asegura que en ese último centro sanitario los pacientes con estrabismo constituyen alrededor del dos por ciento de la consulta oftalmológica.

Cerca del 75 por ciento de los menores atendidos por Winkler son estrábicos, pero sólo una cuarta parte de éstos precisa de cirugía; a los demás se les coloca anteojos. Cuando se precisa de una primera intervención quirúrgica, la tasa de éxito ronda el 93 por ciento; mientras que la normalidad para el siete por ciento restante es alcanzada mediante una segunda operación.

Los principales síntomas del estrabismo son: desviación de un ojo hacia adentro, hacia fuera o verticalmente,  pérdida del paralelismo de los ojos y disminución de la agudeza visual de un ojo con respecto al otro (ojo vago o ambliopía).

También pueden presentarse posiciones anormales de la cabeza, desviaciones, inclinación y tortícolis;  diplopia o visión doble (cuando el estrabismo se inicia en la edad adulta; mal cálculo de las distancias  y pérdida de la visión binocular.

«El estrabismo puede ser congénito o adquirido, con los ojos torcidos hacia adentro o hacia fuera. Generalmente el estrabismo congénito no es tal, aparece a partir del tercer mes de vida», explica el profesional.

Winkler, quien se especializó en oftalmología pediátrica en la Fundación Wright, de California, Estados Unidos, subraya que muy pocos niños y niñas nacen con los ojos totalmente alineados, sino que suelen inclinarse hacia fuera (exoforia) o hacia adentro (endoforia). «Al cabo de un tiempo, los bebés empiezan a fijarse en lo que está frente a ellos y a alinear los ojos», agrega.

El estrabismo no tiene una causa única, sino que se produce por varios factores, algunos conocidos y otros que no han podido ser determinados. En unos casos se debe a una alteración muscular, a la ambliopía, a errores refractivos, a problemas hereditarios o por deprivación sensorial debido a cataratas congénitas; mientras que en otros influyen el sufrimiento fetal, las infecciones, los tumores, los traumatismos y los desórdenes emocionales.

La «endotropía acomodativa» suele ser la causa del estrabismo no congénito, explica Winkler: «Los ojos de un bebé de dos o tres meses puede presentar errores refractivos, como una hipermetropía muy alta,  que precisen de la utilización de lentes de gran poder para corregirlos y enderezar los ojos. El estrabismo puede deberse también a problemas neurológicos o a la fibrosis muscular».

En los adultos, el estrabismo puede presentarse por problemas vasculares, como se observa frecuentemente en pacientes diabéticos. «Muchos diabéticos tienen problemas con la microcirculación  que irriga los músculos que mueven el ojo. Las deficiencias en la microcirculación también afectan al cerebro, pudiendo degenerar en hemiplejía, parálisis, apoplejía e irregularidades en la alineación ocular», expone el cirujano oftalmológico de Centro Láser.

Cuando ocurren fracturas en la parte ósea de la órbita ocular puede haber un atropamiento del músculo y se habla entonces de «estrabismo adquirido por traumas», añade. En otros casos, la persona queda sin visión en un ojo por cualquier causa y el restante no sabe hacia dónde mirar, pierde la alineación y se inclina hacia fuera.

Para mejorar la acción de los músculos y recuperar la visión del ojo vago, existe todo un arsenal médico: corrección óptica, gafas, oclusiones con parches, cristales especiales y ejercicios musculares.  Cuando estos tratamientos no son suficientes y la mirada continúa desviada, se recurre al tratamiento quirúrgico. La cirugía se realiza sobre varios músculos de uno o de los dos ojos. 

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