El estrellato le sonríe a Beltré

El estrellato le sonríe a Beltré

Los Dodgers de Los Angeles, famosos en los últimos años por tener un pitcheo brillante, pero un bateo de vidrio, han puesto a sus aficionados a gozar de lo lindo en los dos primeros meses de la temporada. La novena blanquiazul figura en la punta de la División Oeste de la Liga Nacional o cerca de ella desde que arrancó la actual justa y una de las razones de ese rendimiento es el bateo de Adrián Beltré.

No conforme con ser uno más en la alineación de Jim Tracy, Beltré comenzó la jornada dominical con cifras tope entre los Dodgers de 12 jonrones y 36 impulsadas, además de un porcentaje de .304.

A este ritmo, es factible que el joven de la tierra del merengue supere abiertamente sus cifras personales para una temporada en vuelacercas (21) y carreras fletadas (85), amén de que pueda batear muy por encima de su promedio global de .262 hilvanado en más de 800 partidos desde que debutó en la gran carpa a la tierna edad de 19 años.

Su rendimiento genera una enorme alegría entre todos los que tuvieron fe en él desde el momento en el que firmó su primer contrato.

Desde hace más de un quinquenio, el alto mando de los Dodgers espera temporadas maravillosas de este joven trabajador y callado.

Es el hombre del futuro, el tercera base que hará olvidar al famoso »Pingüino» Ron Cey, así como también la piedra angular de un equipo que pueda ganar un campeonato.

Beltré, quien apenas tiene 25 años de edad, demostró por ráfagas que en efecto sí es un pelotero con un enorme talento.

Al arrancar el 2004, solamente su paisano Albert Pujols tenía más jonrones (114 por 99) que él entre los activos con 25 años o menos, y ya es el segundo de todos los tiempos en la franquicia de los Dodgers en partidos jugados en la antesala, una lista encabezada por Cey.

En el diamante, Beltré lucía desde su año de novato como un paracorto incorporado a la antesala, por la agilidad con la que le entraba a cada batazo. Con el bate, porta desde joven un swing elegante y poderoso, bueno para hacer contacto en los instantes de apremio y enviar la pelota bien lejos de vez en cuando.

Pero no faltó quien dudase en el alto mando de la franquicia blanquiazul que Beltré pudiera alcanzar pronto todo lo que se espera de él como beisbolista.

Prueba de ello es que en las dos temporadas más recientes, los Dodgers, desesperados por robustecer su pálida ofensiva, adquirieron otros peloteros, como Tyler Houston y Robin Ventura, para reforzar la antesala, y circularon por doquier los rumores de que Beltré podría ser transferido. Hasta se comentó que buscaban desesperadamente al Marlin Mike Lowell.

En cada ocasión, Adrián respondió con un rendimiento de altos quilates en la segunda mitad de la temporada. Debido a ese repunte del joven dominicano, los peloteros adquiridos tuvieron que irse a la primera base o el banco, según fuera el caso, y los rumores de canje quedaron engavetados en el baúl de los recuerdos.

Ahora Beltré está listo para hacer impacto, para marcar una diferencia, para convertir todos los sueños en una contundente realidad.

Y pensar que los Dodgers estuvieron a punto de perderlo por un tecnicismo legal, ya que después de subir a la gran carpa en 1998 »se descubrió» que había sido firmado en la tierra del merengue bajo la edad legal de 16 años.

Mucha gente pensó entonces en la angelópolis que sus representantes aprovechaban ese momento para sacarle más plata a la franquicia, pero el propio Beltré argumentó que eso estaba bien alejado de la realidad.

»Yo lo que quiero es jugar pelota», declaró en ese instante Beltré, quien ni siquiera pensó en quedar libre, sino en seguir con su organización beisbolera de toda la vida.

Pocos recuerdan ese momento de sinsabores. Ahora les da muchas otras cosas positivas de qué hablar a los aficionados de los Dodgers.

Su dulce swing pone a temblar a los lanzadores rivales. Y cuando envía la pelota a lo más profundo del Dodger Stadium, vibra la fanaticada de la emoción.

Nace así una nueva estrella en las Ligas Mayores. La hora ha llegado para que Beltré demuestre, ahora sí, por toda una temporada con los Dodgers, que sí tiene talento a granel.

Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.

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