El estrés severo-muerte súbita

<P>El estrés severo-muerte súbita</P>

Cuando el humano se somete a situaciones de grandes demandas emocionales, como muertes violentas, terremotos, guerras, etc., se produce de manera lógica una respuesta desbordada frente al estímulo nocivo, desencadenando una serie de mecanismos mediados por hormonas, neurotransmisores y sustancias que en exceso son tóxicas para el propio organismo, pues la respuesta guardará relación con la severidad del estímulo y estará asociado a las condiciones particulares de cada individuo: personalidad, capacidad de adaptación y aspectos culturales asimilados.

Hay una entidad psiquiátrica que se conoce como “Síndrome de Estrés Postraumático (SPT o TEPT), que se caracteriza por las respuestas y las secuelas derivadas en el  organismo ante demandas emocionales extremas como los eventos mencionados. Cae dentro de los trastornos de ansiedad, que lo conocíamos como “Neurosis Traumática”.

Sustentamos, que los horrores vividos desde la pasada semana por los hermanos del  país vecino, caen dentro de una categoría más compleja, pues serían parte del “Desorden por estrés severo”, término que el investigador P. Hernan planteó en el 1992, para describir casos muy graves y que no encajan en la definición del SPT, aceptado en el DSM IV, que es el referente  usado en la clasificación de las enfermedades de la mente.

Las manifestaciones clínicas que presentan estas condiciones emocionales tan graves, se expresan clínicamente en lo que yo llamo las 6 “íes”: irritabilidad, insomnio, inquietud, intolerancia, inseguridad e indefensión.

De seguro gran parte de la población del pueblo haitiano estará en estos momentos padeciendo muchas de estas manifestaciones psicológicas graves. Pues luego de pasar el “shock” inicial, que las personas reaccionan –procesando- y aceptando el  dramático trauma inicial recibido,  un segundo periodo doloroso aflora, es variable en su expresión, pero el temor emocional, la angustia y la desesperanza siempre los acompañan.

Se presentará una serie de muertes súbitas, de personas que aparentemente sanas, morirán de repente del corazón, sin estar previamente enfermos del órgano bomba. Es la llamada -Muerte Súbita-, se conoce desde los árabes y Leonardo da Vinci la describió en todos sus detalles; pero no es  hasta el 1994, luego del terremoto de la ciudad de Los Ángeles, que se conoce como “efecto Northridge”. El  hecho es, que a un porcentaje de las personas expuestas a esos encuentros tan devastadores, se les “rompe” el corazón por una grotesca isquemia cardíaca y se produce una –miocitolisis- del tejido cardíaco, consecuencia de una arritmia desbocada, que lleva al desgarro del músculo del miocardio, que la describimos hace exactamente un año (Hoy, 11-1-2009 y 18-1-2009).

Se ha demostrado que este mensaje de muerte, está guiado por una pequeña área cerebral, el lóbulo de la Ínsula, que está situado en el lóbulo temporal, en el área de la sien.

Espacio estrechamente relacionado con la memoria humana, al parecer el cerebro continúa rememorando las imágenes dantescas y replicando los dramáticos eventos con la producción casi igual que en la dolorosa experiencia inicial, de las sustancias estimulantes que se producen de manera normal en las situaciones de estrés: la adrenalina, catecolaminas, vasopresinas, en fin esas sustancias “vasoactivas” que en las situaciones de demanda, nos preparan para la acción; pero que en demasía son capaces de inducir el fenómeno dañino. La solidaridad real, la dada con respeto y dignidad, más la ayuda profesional, se hacen necesarias en estos momentos tristes.

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