El eterno vichy

El eterno vichy

Este estampado tan atemporal tiene sus orígenes nada más y nada menos que en el siglo XVII, cuando se empezó a producir en una localidad francesa del mismo nombre: Vichy.

Al principio se usaba solamente para confeccionar manteles y delantales, pero poco a poco fue ganando protagonismo. Ahora  está proliferando en objetos alternativos a los ya tradicionales.

Se trata de uno de los estampados  clásicos que de vez en cuando reaparecen como tendencia en decoración, pero que jamás pasan de moda. Por ejemplo, las telas de cuadros son una de las claves del estilo “shabby chic”, y toda la vida se ha utilizado la tela vichy para decorar las habitaciones infantiles.

Recurso. Como ocurre con cualquier tipo de decorado a cuadros, el vichy tiene que utilizarse con mucho cuidado. 

A pesar de que es un motivo fresco y atrayente, no se recomienda utilizarlo en exceso, ya que puede recargar el ambiente, por lo tanto es recomendable  mezclar muy bien los colores. Así, se puede decorar toda una estancia con la tela vichy como material conductor, pero desviando la atención mediante la utilización de elementos en colores sólidos.

Igualmente, podemos decorar una mesa y quizás para los menos atrevidos, incluir solamente alguna pieza de vichy en espacios como la sala, los dormitorios,   la cocina, el baño o la sala  de estar.

Otra de las cualidades de este estampado es su capacidad de adaptarse a cualquier tipo de decoración. Así, según los colores y variedad que se escoja para cualquier complemento decorativo, los cuadros marcarán un estilo fresco y actual.

En cuanto a los colores, dependerán básicamente del color principal de la decoración, pero tenga en cuenta que el lavanda oscuro es muy acogedor, mientras que el azul y el amarillo son tonalidades luminosas que aportarán mucha vivacidad al ambiente en su conjunto.

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