La moneda única ha seguido perdiendo peso en el panorama internacional, especialmente en el apartado «reserva de divisas, la emisión de deuda denominada en moneda extranjera y los préstamos transfronterizos», según señala el BCE en el informe The international role of the euro.
El documento destaca que «el ligero debilitamiento en el papel internacional del euro fue particularmente visible en las tenencias oficiales de reservas de divisas, aunque su participación se mantuvo estable respecto a la del dólar en este apartado.
El uso del euro también descendió en 2015 en la emisión de deuda en divisa extranjera y en los préstamos internacionales».
A tipos de cambio constantes, la participación del euro en las reservas de divisas cayó 0,6 puntos porcentuales hasta los 19,9%, el menor nivel desde el año 2000.
Con este dato de 2015 ya son seis años consecutivos en los que la divisa única pierde peso. Desde el año 2009, el euro ha perdido casi tres puntos porcentuales, un camino que están siguiendo las monedas tradicionales a medida que el yuan y otras divisas emergentes van ganando peso.
El informe también destaca que el dólar ha perdido más de cinco puntos porcentuales desde 2007.
«La caída a medio plazo tanto del euro como del dólar podría sugerir que nos acercamos a una mayor diversidad del sistema monetario internacional.
Las tenencias oficiales de reservas en divisas que no son las tradicionales se ha incrementado desde el comienzo de la crisis financiera.
Entre 2008 y 2015, la cuota de reservas de divisas no tradicionales, incluyendo el dólar canadiense y australiano, se ha incrementado en más de 4 puntos porcentuales hasta alcanzar el 6,8% de todas las reservas mundiales», destaca el informe del BCE.
La composición de las reservas de divisas que mantienen los bancos centrales está cambiando, pero este giro se ve de forma aún más pronunciada en los pagos transnacionales. En 2015, el dólar siguió siendo la divisa más usada para este tipo de transacciones copando el 43% de las mismas, mientras que el euro se usó en el 29,4% de las ocasiones, una caída abismal de casi 15 puntos porcentuales desde 2012. Un mayor dominio del dólar en este apartado junto al fuerte crecimiento del yuan, están cambiando la composición de pagos globales.