El éxito de un dominicano en Papa John’s

El éxito de un dominicano en Papa John’s

West Palm Beach, Florida.- Lo que en un principio pudo convertirse en una fuerte razón para retornar a su amada República Dominicana, hoy día, 24 años después, es parte indiscutible de su éxito como director de Operaciones de ocho tiendas de la corporación Papa John’s en el sur de la Florida.

Como el que vislumbra su destino, Jonathan Hernández, un dominicano de 42 años que llegó a Estados Unidos con apenas 18, decidió enfrentar su más urgente obstáculo: el idioma, una preocupante deficiencia que ponía en jaque su futuro.

Sin embargo, como en la vida todo es relativo, aunque Jonathan aprendió inglés, ha sido su dominio del español y el hecho de ser latino lo que hoy día le han abierto las puertas para escalar y ser reconocido en el trabajo que realiza.

Este joven emprendedor, nacido en San Francisco de Macorís recuerda que cuando tenía apenas meses en Miami consiguió un trabajo como ayudante de camarero en un restaurante regentado por un egipcio, quien le pidió en inglés que le pasara un cubierto, ¡mandato que no entendió! y por lo que fue despedido. Así comenzó su odisea o lo que él llama “aventura” por su vida profesional.

Llegó a Estados Unidos de la mano de su padre, el periodista Leo Hernández, cuando éste fue nombrado por el presidente Joaquín Balaguer como director de la Oficina Comercial de República Dominicana y subdirector de Turismo en Florida.

Pero cuando su progenitor fue designado en otras funciones en República Dominicana, decidió quedarse, tan sólo con Lee y Leo Junior, dos de sus hermanos, que habían llegado posteriormente y que ahora realizan funciones de oficial de Código Municipal en Key West y director de Operaciones de nueve tiendas de Pizza Hut en Broward, respectivamente.

Antes de su decepción en el restaurante, se desempeñó como empacador en un supermercado en Key Biscayne, donde en sólo tres semanas lo promovieron a cajero.

No recuerda la cantidad de dinero que recibió de propina como empacador pero sí a las personalidades del mundo del espectáculo a las que les llevaba las compras hasta el carro, a nuestra Ángela Carrasco, a Raphael de España y su eterna compañera Natalia Figueroa, a la tenista argentina Gabriela Sabatini, y a la periodista de origen cubano Cristina Saralegui, en fin…

De ahí pasó a una tienda de ensamblaje de discos duros, en el norte de Miami, donde ocupó la única vacante disponible en ese momento, limpiar pisos y cargar cajas. Un mes después la dicha le sonrió, una compañera que ensamblaba computadoras se reportó enferma; Jonathan, que había manifestado sus deseos de aprender y observaba -con escoba en mano- el proceso operativo, cubrió ese turno y dobló la producción que la joven realizaba por día, por lo que se quedó en el puesto mientras ella, por la experiencia y tiempo en la empresa, fue promovida a otra posición.

Del ensamblaje de computadoras al mundo de la pizza. Duró un año ensamblando computadoras, pero su carácter nunca ha sido tan apacible como el que se requiere para permanecer horas encerrado en un laboratorio tecnológico, por lo que decidió aventurarse. Ya hablaba inglés, conocía cada rincón de Miami y lo más importante, siempre ha tenido disposición al trabajo.

Entonces fue cuando entró como “delivery” a Pizza Hut en Miami Beach; nueve meses después, un gerente de otra tienda observó su disposición y le ofreció ser manager de turno. En dos ocasiones fue reconocido como Manager del Año, por lo que pasó a ser entrenador, primero, y supervisor después.

La experiencia en servicio al cliente y su formación constante, a través de cursos y talleres, básicamente sobre cómo obtener ganancias, lo llevó a ocupar la posición de supervisor de áreas en tres ciudades del sur de Florida, haciendo de gerente en diez pizzerías.

Sus 16 años en Pizza Hut le sirvieron de plataforma para aceptar una mejor condición de trabajo en CVS Pharmacy, donde duró tres años como gerente en una tienda que vendía 85 000 dólares a la semana. Al cumplirse este plazo se dio cuenta que su verdadera pasión es la administración de restaurantes y fue entonces cuando entró a Papa John’s.

La motivación, en primer orden, fue la oportunidad de crecimiento que asegura ofrece esta corporación, la tercera cadena de restaurante de pizzas más grande  en Estados Unidos, con 24 tiendas en la Florida y cinco mil en el mundo.

Aquí entró como gerente de una tienda en West Palm Beach. Hoy día tiene tres años en Papa John’s, dos como director de Operaciones de ocho tiendas en el centro-sur de la Florida. Actualmente es el único latino en ocupar esta posición y el único de la corporación que habla además del inglés, español. Es decir, que lo que en un principio era un gran obstáculo hoy se ha convertido en la llave que le ha abierto múltiples puertas.

Además de su posición, Jonathan es encomendado a dar entrenamientos a los nuevos dueños de franquicias en países de habla hispana como Guatemala, Colombia y Panamá. Dirige unos 200 empleados de variopintas nacionalidades, como americanos, haitianos, brasileños, argentinos y dominicanos, y vende un promedio de 19 000 dólares a la semana, unos 83 000 al mes.

Un día en Papa John’s. Ofrecer un buen producto y la calidad en el servicio es el norte a seguir en Papa John’s; por eso, un día a día de Jonathan comienza a las 6:00 de la mañana y termina pasada la medianoche, con supervisiones a través de un sistema tecnológico hasta visitas diarias a cada una de las tiendas. Además, su trabajo va desde supervisar, por ejemplo, que una pizza llegue a los clientes con el pepperoni colocado en el lugar indicado, o que cada pedazo tenga la medida exacta, llegue caliente y a tiempo, hasta atender las quejas de los clientes -que aquí son tomadas muy en serio- dirigir una batería de empleados, planificar las ventas del día y hacer que las tiendas a su cargo sean realmente rentables.

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Gran motivador

A juicio de Jonathan, John Schnatter, propietario de Papa John’s, “es el principal motivador y una persona digna de admiración”.

En 1984, Schnatter vendió su automóvil para comprar la parte restante del bar “Mick’s Lounge”, del que su padre era cofundador y comenzó a servir pizzas a los clientes. Así dioinicio lo que conocemos como Papa John’s. Cada año este gran emprendedor reúne en un lujoso hotel a más de tres mil gerentes de todo el mundo y durante una semana comparte los logros y retos a vencer a través de capacitaciones, seminarios, interacción de experiencias y presentaciones de las nuevas campañas de publicidad.

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