Si, también les hablaré del COVID-19, pero no del virus como tal, sino del proceso de cuarentena que estamos viendo con este tipo de coronavirus, pero que es el mismo a implementar ante cualquier tipo de enfermedad infecciosa.
Desde que inició esta pandemia en China, más de 50 millones de personas se han visto obligadas a permanecer en cuarentena. Y ahora que los casos empiezan a aumentar, más y más poblaciones ya han empezado a sumarse a esa medida extrema, porque la enfermedad ya ha infectado cerca de 135.000 personas en unos 129 países.
¿Qué es la cuarentena? Es ese periodo de aislamiento y restricción de movimientos de personas que potencialmente han estado expuestas a una enfermedad contagiosa, y se realiza con el objetivo de determinar si se sienten mal o si desarrollan síntomas, lo que reduce el riesgo de que infecten a otros.
Pero estudios publicados han abordado el miedo y la soledad que afrontan quienes se enfrentan actualmente a una cuarentena como consecuencia del coronavirus. “El impacto psicológico en este tipo de cuarentenas combina tres aspectos: el miedo a una nueva enfermedad que la gente aún no entiende; el confinamiento prolongado y el estigma social”. Se ha llegado a la conclusión de que los efectos psicológicos negativos de la cuarentena incluyen estrés postraumático, confusión e ira, además de ansiedad.
Sin lugar a dudas que contra cualquier adversidad, lo primero es tomar medidas en la dirección correcta e indiscutiblemente los beneficios de la cuarentena para la sociedad en general son necesarios y con grandes posibilidades de resultados favorables. Pero no dejemos de lado, que mientras los laboratorios compiten contrarreloj para desarrollar curas y vacunas, hay otro elemento fundamental en la contención del brote por el coronavirus: el factor humano. Los aspectos psicosociales son esenciales cuando se necesita que toda la población de regiones y países enteros cambie drásticamente conducta y hábitos para frenar la propagación de la enfermedad. Y el caso más grave es el de las personas en cuarentena, porque de su compromiso depende en gran parte el éxito de la contención. Y por ello es esencial cuidar su situación psicológica.
Apelar al altruismo sería una de nuestras mejores estrategias. Recordemos que un factor fundamental para proporcionar fortaleza es enfatizar la generosidad como principal valor de este aislamiento, un acto solidario para proteger a los demás, porque ayuda a darle un propósito positivo a este confinamiento indeseado. Aplaudamos y elogiemos a aquellos que han pasado voluntariamente una cuarentena como ‘nuestros héroes’, enfatizando que esto ayuda a los más pequeños, a los enfermos y ancianos, porque todo suma para crear esa conciencia.
Estuve viendo que en la experiencia de China, muchas personas buscando en qué tener su cabeza ocupada durante todo ese tiempo de aislamiento, el músico dejó volar la musa y se inspiraba practicando su instrumento, el atleta se mantenía buscando como entrenar para conservar su resistencia, mientras que el escritor velaba por registrar las ideas a nuevos textos. Por supuesto que todo va a depender del lugar, el espacio y las condiciones bajo las cuales lo estés enfrentando, pero en nuestra actitud está todo, asumamos la cuarentena con consciencia sobre el bienestar a los demás y a nosotros mimos, pero tratando de cuidar nuestra salud mental, buscando en qué ocupar nuestra mente y cómo mantenernos activos, leer un buen libro, ver buenas películas, hacer juego de agilidad mental (crucigramas, sopa de letras, sudoku, etc.), que al final de los días podamos ver que no fue un tiempo perdido, sino un período de crecimiento personal y emocional.