El “factor remesa”, una clave de la mejoría del país

El “factor remesa”, una clave de la mejoría del país

Si el 12% de las familias dominicanas recibe remesas de dominicanos residentes en Estados Unidos, el llamado “factor remesa” cobra una importancia mayor en la sociedad del que ordinariamente se considera. Impresiona el dato por su cantidad y también por lo que ello significa en el financiamiento de los presupuestos familiares.


Ordinariamente, los estudios que suelen hacerse en el país sobre la recepción de remesas no toman en cuenta los bienes que reciben las familias, principalmente alimentos, equipos tecnológicos y en menor medida ropas.

Cuando se logre una cuantificación aproximada del valor de estos bienes veremos cuán grande y trascendente es la aportación de los recursos humanos que ha exportado el país hacia territorio norteamericano en los últimos sesenta años.


Igual cuando se considere en las investigaciones la cuantía de las remesas procedentes de países europeos y de Canadá. Somos, definitivamente, una nación exportadora de trabajadores y trabajadoras, posiblemente nuestros mejores productos.


La llamada diáspora dominicana tiene un extraordinario valor económico, el más conocido, pero también político, social y empresarial. La migración de retorno ha hecho posible el avance de la industria de la construcción con la adquisición de viviendas prácticamente a lo largo y ancho de todo el país.

En algunas ciudades, principalmente de la región oriental, hay barriadas que llevan nombres alusivos a la emigración para dejar sentado que los residentes en las mismas son dominicanos que vivieron años en el exterior y ahora están de regreso.


Algunos de nuestros cientistas sociales han planteado que el dinero de las remesas es el ingreso distribuido con mayor sentido de equidad, principalmente en los sectores sociales de menores ingresos, cuyos miembros son los más inclinados a emigrar.


Más de 400 mil familias recibiendo remesas cada mes, es una cifra respetable. Significa que más de 1.6 millones de personas disfrutan de estos fondos, varios miles de millones de dólares al año.


Sin dudas, la diáspora dominicana en Estados Unidos ha hecho en los últimos sesenta años una contribución extraordinaria al desarrollo socioeconómico de millones de hombres y mujeres.

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