El fallo de la incertidumbre

El fallo de la incertidumbre

Nunca se nos ocurrió que el Estado dominicano podría caer en el error de despojar de la nacionalidad a personas nacidas en nuestro territorio, por el solo hecho de ser descendientes de inmigrantes indocumentados que se radicaron aquí y formaron familias de varias generaciones. Nunca pensamos que pudiera pretender un argumento jurídico para tratar de patentar una transitoriedad sin bordes ni linderos, con tal de  encasillar en ella la estada de inmigrantes asentados aquí durante décadas.

La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la nacionalidad dominicana nos pone ante la posibilidad de que  descendientes de españoles, libaneses, puertorriqueños,  los llamados cocolos  llegados de otras Antillas y otros inmigrantes que ingresaron a nuestro país sin documentación regular, muchos de los cuales adquirieron aquí una identidad fruto de errores de inscripción,  de repente puedan ser declarados apátridas, en base a  la transitoriedad de estada sin linderos consignada en dicha sentencia.

No nos extrañemos que muchos de esos descendientes de extranjeros, a partir del inventario de registro civil desde 1929 hasta nuestros días que dispone la sentencia, lleguen a ser declarados  apátridas por ser descendientes de inmigrantes indocumentados que llegaron aquí e hicieron familia durante su  extensa estada transitoria.

INFORMALIDAD Y NORMA TRIBUTARIA

El Estado, que debe ser un facilitador por excelencia, debería trabajar para lograr que el mayor número posible de empresas informales opten por pasar a la economía formal. Un estudio invocado por el señor Pedro Pérez, presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo, comprobó que el principal factor de resistencia a la formalidad es que una parte considerable de las empresas de ese sector teme que  pagarían demasiados impuestos.

  Las empresas de la  economía informal escapan de los rigores de tributación a que están sometidas las formales. En buen cristiano, esto representa un privilegio en perjuicio de las formales. En esa virtud, el Estado tiene que adaptar su política tributaria para disipar los temores de la economía informal. Este sector tiene un peso considerable en el PIB del país y conducirlo a la formalidad debe ser una meta por la que el Estado debe trabajar con mayor ahínco.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas