El falso poder del odio

El falso poder del odio

Eusebio Rivera Almodóvar

El odio se expandió por el mundo cuando aparecieron los miles de creyentes en teorías religiosas que multiplicaron sus hipótesis y dogmas portándose muchos como fanáticos, que es lo que mantiene en guerras a pueblos del cercano y medio oriente, donde un Supermán terrestre llamado Benjamín Netanyahu quiere exterminar a todo aquel que haya lastimado a su gente, sin importar si sus niños, madres, abuelos o hermanos inocentes tengan que pagar con su muerte los errores de sus agresivos familiares y tampoco le importan el diálogo y los acuerdos de paz hasta que no haya un solo sobreviviente de sus enemigos, demostrando que su odio es irreversible.

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Si damos crédito a la filosófica “teoría de los contrarios” no importa si el odio fue primero que el amor o viceversa, porque siendo contrarios uno está dentro del otro y al desarrollarse sus fuerzas se expresan iguales.

Por eso en estos días navideños quisiera que a Netanyahu le recordaran la sabia reflexión “el odio es el amor frustrado” y tal vez entendería que su frustración lo ha enloquecido.

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