El fantasma del trauma se pasea por toda la isla

El fantasma del trauma se pasea por toda la isla

Es de todos presentido el nivel de trauma que ha provocado en Haití, nuestro país compañero en esta isla, el terremoto del 12 de enero pasado, en el orden de las pérdidas humanas, bienes materiales y soberanía.

Nos vamos a circunscribir al aspecto médico de las pérdidas humanas y de éstas al fenómeno de los seres de todas las edades, sexos u otra diversidad que han tenido que ser amputados o amputadas; marcados con cicatrices deformantes, maltratados.

Personas que sin el menor aviso se han visto agredido y agredidas por la adversidad de formar parte del ejército de los discapacitados, con todo el ingrediente psicológico y social que ello conlleva.

Una sociedad impactada por la presencia de estos.

Ellos y ellas deben ser tratadas personalizando cada caso, aprendiendo que de la misma manera que sus cerebros no asimila en lo inmediato la pérdida de una de las partes del cuerpo dándose el fenómeno de que intenta mover y cree que mueve las partes amputadas, dando vida a lo que se llama el miembro fantasma; en los ámbitos de su razonamiento, tiene que mediar un proceso para asimilar la nueva condición y que para que este sea satisfactorio deben tenerse bien claro conceptos sobre el valor de las personas como tal que privilegien la preeminencia de la capacidad humana, espiritual, mental e intelectual sobre los parámetros que sociedades como estas venden sobre la belleza basados en el aspecto físico con paradigmas que generalmente son importados.

Tal vez deban entender su nueva situación como un reto y ver el ejemplo de cientos de miles de mutilados en todo el mundo que han vivido normalmente y que han dado grandes aportes a sus familias y a la humanidad. Que han comprendido que no han dejado de ser ellos mismos, que no han conocido, ni permitido la pena y se han hecho merecedores de la admiración de los otros.

La sociedad haitiana y la nuestra que se verá también impactada por este fenómeno deben tomar medidas primero de adecentamiento en su pensamiento rechazando los parámetros de valoración humana basados en el adorno físico que tanta vacuidad y escoria ha demostrado general tan exhibido principalmente en nuestros medios. Parámetros que por demás lastiman prejuiciadamente hasta al que tiene una simple cicatriz, una mancha etcétera. Deben madurar, reencontrarse en su humanidad, para lo cual urge una gran campaña publicitaria de educación masiva, y además de eso aportar en la captación de prótesis, apoyo psicológico, fiscalizar que las nuevas edificaciones y lugares públicos y privados cuenten con facilidades de accesos para los discapacitados, regulación obligatoria de parqueos, capacidad para asimilarlos al trabajo y demás.

El fantasma de los traumas se pasea por nuestro vecino Haití. En última instancia ellos serán los rectores de sus propias soluciones. Mientras tanto, y en cuanto se nos permita y sea posible, ayudémoslos conscientes de que al mirarnos en su espejo, comprenderemos que estamos salvando la distancia de este impacto inusitado, tan necesitados de soluciones, que aquí solo existen en los papeles, como ellos mismos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas