Un acierto de Luis Abinader poner a Efraín Toribio al frente del Feda
El Fondo Especial de Desarrollo Agropecuario (FEDA) fue creado mediante la Ley No. 367, del año 1972, para coordinar y administrar el Programa Integrado de Desarrollo Agropecuario (PIDAGRO), uno de los pocos programas del país encaminados a avanzar hacia el ansiado desarrollo rural integrado.
Por diferentes razones, la eliminación del FEDA ha estado incluida en algunas reorganizaciones que se han propuesto para el sector agropecuario. Me alegro que el presidente Abinader haya decidido mantener esa institución y apoyarla.
Los productores pequeños y medianos del país representan cerca del 80% de la totalidad y tienen grandes dificultades para adquirir crédito, insumos y otros recursos básicos de producción y comercialización. Se requiere una institución como el FEDA para evitar que muchos de esos productores sigan en manos de usureros o que desperdicien sus potencialidades de mejorar la producción de bienes y su bienestar familiar.
Por la importancia que tiene el crédito rural merece que reflexionemos sobre el mismo. Como existe un Banco Agrícola (Bagrícola) podría pensarse que este puede suplir las necesidades de los productores mencionados.
En cierto grado esto se está logrando, gracias a los aportes económicos cuantiosos que ha hecho el presidente Abinader a esa institución y a los afanes de su eficiente administrador Fernando Durán y su equipo. Sin embargo, el referido banco está sujeto a una serie de normas prudenciales del Banco Central y de la Superintendencia de Bancos, que directa o indirectamente limitan su posibilidad de alcanzar a productores sin títulos de propiedad, sin historial de crédito formal, garantías adecuadas y otros.
Hay un vínculo entre el FEDA de la presidencia de Hipólito Mejía y la actual de Luis Abinader, no solo por el interés de ambos de ayudar a los pobladores de las áreas rurales, sino también por haber nombrado a la misma persona para ser director de esa organización. Me refiero a Efraín Toribio, cuya trayectoria de trabajo lo capacitan de sobra para ese cargo. Sería un desperdicio no respaldar su gestión.
Durante su presidencia Hipólito Mejía apoyó el trabajo de Efraín y este devolvió ese respaldo con acciones que todavía recuerdan los beneficiarios, hombres y sobre todo mujeres, como la distribución de núcleos de animales para iniciar crianzas, consolidación de producciones comerciales, pequeñas agroindustrias, fortalecimiento de organizaciones, proyectos de riego, producción de frutales, huertos escolares, y muchos más.
En la década de los setenta, Efraín fue uno de los extensionistas agrícolas que asimilaron el estilo de trabajo que impulsábamos para convertirlos en agentes de cambio del medio rural que demandaba su colaboración en la coordinación de las acciones requeridas en el espacio territorial de su responsabilidad. En los lugares donde él ha trabajado se ha alabado su pasión por servir a los demás.
Según declaraciones de Toribio a la prensa, el presidente Abinader ha pedido que el FEDA trabaje con el Instituto de Desarrollo Cooperativo (IDECOOP), para apoyar a las cooperativas que puedan incidir en el área rural, lo que amplía la justificación de fortalecer el FEDA. Representa también una excelente oportunidad de colaboración interinstitucional que podría ser así: El ministerio de Agricultura fortalecería a los grupos y asociaciones del campo, y el FEDA les prestaría recursos económicos que los traigan a la ruta del crédito más formal o los consoliden como cooperativas y posibles clientes del Banco Agrícola.
El mejoramiento de un fondo de garantía para respaldar a esos productores sería también de gran utilidad, al igual que la provisión de asistencia técnica cuando se estime necesaria. Las cooperativas del IDECOOP recibirían capacitaciones diversas.
Como se ve, el FEDA podría graduar a muchos productores para ser sujetos de créditos formales y mayores a ser servidos por el Banco Agrícola. El impacto de este esquema, u otro similar, aumentaría si se incrementa gradualmente la cartera de crédito que el FEDA debe manejar y estos recursos llegan puntualmente.
Las instrucciones del presidente Abinader y la eficacia de este esquema de coordinación de trabajo podría fracasar por debilidades como celos institucionales o falta de visión de los dirigentes del sector agropecuario, debilidades que estimo están fuera del pensamiento y acción de un Limber Cruz, ministro de Agricultura, Efraín Toribio del FEDA y Fernando Durán, ahora administrador del Banco Agrícola, con ventajas de ser un buen conocedor de las carencias y potencialidades del área rural por su experiencia de campo como director de extensión y director regional del ministerio de Agricultura.
- El autor es Exsecretario de Estado de Agricultura.