El feminicidio…

El feminicidio…

Las primeras experiencias sexuales de iniciación son, PSICOLÓGICAMENTE, estructurales. Sus efectos se imprimen y archivan visceralmente en nuestra psiquis, internalizando en el trasfondo de la conducta humana, más allá de lo sexual, su determinante incidencia en los contrastes y acentuaciones del vivir. El fenómeno parece venir contaminado entre equívocos insertados en nuestra estructura cultural.
Desde antigua aberración, nuestro hombre común suele iniciar sus experiencias sexuales de formación, generalmente, con PROSTITUTAS. El padre encargaba al hermano o amigo de más edad, suministrando el dinero para introducir al prostíbulo el muchacho virgen…“PARA QUE APRENDA”. Los efectos han sido traumatizantes y desnaturalizadores.
No percibíamos en esta deformante metodología, eminentemente “MACHISTA”, plantada en el amanecer conceptual de la trastienda psicológica de nuestro ser social, distorsionantes factores ¿IRREVERSIBLES?, de tan dramática incidencia, que sembrábamos en nuestra vulnerable naturaleza.
Lo primero que el INSTINTO virgen e inexperto internaliza, asume, fija, es la idea descarnada ANTI-NATURA de que no existe, ni necesaria ni imprescindiblemente, INVERSIÓN DE SENTIMIENTOS NI DEMANDA ESPIRITUAL ALGUNA, para poseer sexualmente “la mujer”. “Mujer” es, simplemente,“objeto mecánico” de USO Y PLACER. Se asume la simple motivación física realenga, impudorosamente animálica, en nada diferente al alboroto de cualquier jauría de rabo callejero “PUTÁNDOSE” la perrita en calor, o lagartos en el ramaje mimetizando el tono público del pellejo según la corteza de las circunstancias. Catastrófica negación al inmanente rotundo en INTELIGENCIA y ESPÍRITU que privilegia nuestra DIFERENCIACIÓN DE ESPECIE, supeditadas TODAS al mandato animálico indolente del puro instinto.
El desconocimiento absoluto al sustancial referente de “Padre” o simple “Compañero” frente al compromiso de matrimonio o amancebamiento, y las incapacidades que marcan un concepto prostibular incisivamente internalizado, donde los elementos determinantes entre “uniones” son las nalgas tórridas y el cuerpazo provocuero, constituyen ABISMOS INFRANQUEABLES en estos “defectuosos ejemplares” a la hora de asumir responsabilidades de hogar y familia. FABRICAMOS UN SER… MÁS CERCANO AL ANIMAL… QUE AL HOMBRE…LOS ¡SENTIMIENTOS!… no juegan papel alguno!
Otro referente sobrecogedor, en esta aberrante experiencia tradicional del ESTRENO VIRGINAL MASCULINO EN PROSTITUTAS, es: “PAGO AL…“SERVICIO”. El hombre interioriza, psicológicamente, un sentimiento instintivo de “COMPRA Y PROPIEDAD” sobre la “MERCANCIA NEGOCIADA”, transformando subliminalmente el “objeto” mujer, en simple artículo material de placer y adquisición “comercial”.
Inconcebible asumir fervores de amorosa “Conquista”… el impudor embrutecido deldeseo ANIMÁLICO impone un estilo… nada diferente a la prisa discreta de un preservativo urgente o el hambre lúbrica de piernas en un sándwich de la Barra Payán. Desnaturalizando los candores del espíritu, PROSTITUIMOS el lecho y la razón intrínseca de hombre y mujer… en la Creación.
Cuando nuestro hombre se une en pareja, asume ser “DUEÑO-PROPIETARIO” de MUJER, AMANTE, COMPAÑERA O NOVIA. Es ESTAMPA-MATRÍZ impresa al SUBCONSCIENTE desde que la vida le acercó SEXUALMENTE a una mujer. La manutención de hogar o los caprichos de una amante, se tornan en formas sublimadas de continuar “comprando” sus destinos y “servicios”, y la confirmación prepotente de ser “EL AMO”, jamás las responsabilidades sanas de la unión compartida. Su compromiso de pareja se fundamenta, determinantemente, en lo SEXUAL, imponiendo sus credos de animalidad insustituible, siempre que fuese capaz de bailar la mejor “salsa” en la cama… que en la vida.
La inteligencia de la mujer nuestra, notoria desde experiencias aborígenes, imponiéndose sobre desventajosas circunstancias, empañetando sufrimientos sobre toda aberración o prejuicio en nuestro tradicional Brutus, fue revertiendo el escenario, lastimando distorsiones y fragilidades en el ORGULLO MACHISTA, alterando NOTORIAMENTE los niveles hegemónicos de género que domesticaban nuestra sociedad.
Apenas unos años atrás, denigraba al marido que su mujer trabajase. Pocos hace, se concedió derecho a la mujer a portar “Cédula de Identidad”. Definía su “Profesión”, la ridícula banalidad: “Quehaceres Domésticos”. Aún retumba en el presente, una primera “Atrevida” que cometiera la osadía de “graduarse” en nuestra tradicional y selecta Universidad. Las carcajadas de Evangelina, deberían decorar una marca de pantalones. Los tiempos vuelan… generalas, diputadas, senadoras, gobernadoras o alcaldesas, no son curiosidades… la Vicepresidencia de la República honra la huella responsable de la mujer.
Nuestro hombre… ha sido INCAPAZ de “digerir”… dimensionar…ESA NUEVA ESTATURA DE MUJER… ¡LA MUJER… HA VENCIDO!
Prisionera entramada entre barrotes culturalmente sentenciados, la Mujer fue avanzando, elevando, categorizando con dignidad y nobleza, las escalas de importancia y valores desu indetenible razón de existir, con el coraje con que se enfrenta un cadalso. Una pánica fragilidad degradada,empapó laDESVALORIZACIÓN CATASTRÓFICA del“MACHISMO”, incapaz de comprenderlatrascendencia HEROICA de tan enorme sacudimientoen la sustancia social.
La independencia desafiante que ha implicado el desarrollo de la mujer, transformando el rostro del destinohacia otra Historia, ha desconcertado un“CARAJO”atrapado en la ignorancia,que aunpretende asumir el “Género”con irresponsable inconsecuencia, comoobjeto de dictatorial “Adquisición”. Incapaz de intuir las debilidades incisivas que deforman su PROPIA naturaleza, descarta el aporte honesto de “SENTIMIENTOS MUTUOS”, desnaturalizando la pureza y el sentido con que armoniza vidas y destinos, el verdadero… AMOR.
La categoría social donde ocurren la mayoría de estos feminicidios es, fundamentalmente, aquel estrato precario, mal formado en los niveles de mayor relación prostituta y relativa inadaptación e incapacidad de competencia profesional frente al agresivo mundo de hoy. Una masculinidad socialmente desarmada, enfrentados a una individualidad desconcertada e incapaz, sin posibilidades de incorporación a proceso suficiente de desarrollo alguno. Perdidos y castrados ante el fenómeno de una auténtica revolución ética, que ha logrado transformar, diametralmente, las expectativas y objetivos HOMBRE-MUJER, categorizando en igualdades intolerables y condenables los mismos pecados para uno y otro género, planteando un marco moralista similar en exigencias, cuya responsabilidad funcional garantice SOCIALMENTE, felicidad armoniosa y paz compartida, EJEMPLIFICANDO AUTÉNTICAS ¡FAMILIAS!
Los “Celos”, aun en casos justificables, son el “Factor” aturdido de la incapacidad y el idioma intraducible de la inferioridad impotente. En el ser “prostibular” se torna en ferocidad irracional, cuando las deformaciones del entramado mental asumen que el “Objeto”, no responde al precepto absoluto de propiedad “OBLIGADA”.
Se parte de una fijación enfermiza sobre “promiscuidad”, que no necesariamente destila la apodada “infidelidad” en la prostitución, aquella que suele repartir el oficio entre la mayor cantidad de opciones “Clientelistas”. El “CHULO” potencial, desnaturaliza estos argumentos al sublimar la infidelidad de “la Mujer” en sentido general, NUNCA LA PROPIA. El “Amo” es “prosti-libre”… la mujer… “Esclavoide”.
La mujer ha pagado un alto precio deviniendo en timideces temerosas, amordazando la entrega apasionada, escondiendosu naturaleza sexualmente expresiva e indómita. Las pasiones y desbordes sexuales del instinto suelen ser reprimidos y ahogados, temiendo enfrentar insinuaciones degradantes. Se parte de conceptos prejuiciados, hiper-sensibilizados al punto de cuestionar el esquema de valores en rincones tan generosos y frágiles del sueño del vivir.
Disfrutemos el encantamiento del instinto…¡El sexo con AMOR… jamás ensucia… Entre jarros y aromas, colemos mañanas humeantes de felicidad compartida…de miradas sin lágrimas…Desnudemos el beso al abrazo en la hembra que suda nuestro lecho de insomnios…no lastimes de espinas y cadalsos de sangre… su regazo…besemos… sin desgarrar la almohada…EN CADA LECHO DE MUJER…PALPITA UNA MADRE…LA DE TODOS!… ¡NUESTRA MADRE!

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