El fin de año y sus tradiciones

El fin de año y sus tradiciones

POR MARGARITA QUIROZA
las 12:00 de la noche del próximo viernes, el 2004 cierra su ciclo e inmediatamente se abre otro que da paso a un nuevo año: el 2005. Para nadie es un secreto que el año que finaliza estuvo matizado de acontecimientos negativos, tanto en el ámbito social como económico.

La sociedad dominicana experimentó un deterioro en cuanto a seguridad ciudadana y la economía decreció a niveles alarmantes, sumiendo aún más en la pobreza a cientos de dominicanos.

Pero, como ninguna persona pretende repetir escenas difíciles en su vida es importante que cada quien aproveche los días que restan para preparar el escenario e individualmente, en un futuro, tratar de convertir en realidad todo lo deseado.

La despedida y llegada de un nuevo año, históricamente, para muchas sociedades se ha convertido en un acontecimiento de gran trascendencia. Es como si las personas se programaran, mentalmente hablando, para despojarse de las fuerzas e influencias negativas que pudieron estar bloqueando la prosperidad y buenas vibraciones.

En definitiva, es como sí al pasar balance, cada quien, entiende que aún no ha alcanzado las metas trazadas y, en muchas ocasiones, con la esperanza generada por creencias mágico-religiosas, transmitidas de generación en generación, el cambio de año se convierte en el momento esperado, para una vez liberado, prepararse para una nueva jornada en la vida.

En este momento, algunas personas se interesan por quitar del camino todo lo que le obstaculiza, cambiando de este modo lo negativo por lo positivo y una forma de lograrlo, según confiesan los expertos, es apegándose a las tradiciones.

UNA RECETA PARA QUIÉN

Para quienes se interesan por las tradiciones orientales puestas de manifiesto a través del feng shui, la experta Ilonka Gil ofrece una serie de pautas que a su entender pueden ayudar a que las personas entren con «buen pie» al 2005.

Al igual que en las sociedades occidentales, las orientales acostumbran hacer una limpieza profunda en la casa, queman inciensos y limpian el piso con un poco de amoníaco y miel de abeja. El amoníaco para limpiar lo negativo estancado y la miel de abeja para traer lo bueno.

Además, es bueno dar toques con una campana o sonajero y caminar alrededor de la casa, entrando en todas las habitaciones. El sonido transforma las energías negativas en positivas.

Otro ritual que trae buena suerte en el año que viene, según Gil, es encender velas rojas y dejar que se consuman completamente.

Para la experta en feng shui cada persona debe hacer un ritual especial. «Darse un baño al atardecer del 31 a base de esencias especiales, da buenos resultados. Quien desee preservar el amor, lo ideal es que haga un baño con esencias de canela, vainilla, rosa o jazmín. Para la salud, esencias de limón menta y eucalipto y dinero unas gotitas de esencia naranja».

Sí el año ha sido «malo» y la persona quiere acabar con todo negativo, Gil recomienda, darse un baño con esencias de inciensos de ruda o cedro.

TRADICIONES CRIOLLAS

Para aquellas personas que se interesan por mantener vivas las tradiciones criollas de fin de año, el astrólogo Bismarck Morales le recomienda quemar inciensos, mirras y diferentes resinas o especies.

Cada nuevo año los dominicanos acostumbran a lavar las casas con hojas aromáticas, a las cuales se le atribuye cuyo el poder de liberar lo malo y el éxito. Además, se recomienda cambiar los muebles de lugar y colocar ofrendas alegóricas a la prosperidad como semillas de auyama, ajonjolí, hierbabuena y pachulí.

Se dice que tirar un puño de granos de sal despalda a la puerta principal de la casa alejará desde las primeras horas del mediodía la entrada de fuerzas no deseadas.

Muchos acostumbran iluminar con un velón su santo devoto, mientras otros invocan la presencia del ángel protector. Según la astrología, Anael es el ángel de diciembre y Attarib de invierno.

Una tradición que fue muy socorrida es la de esperar que salgan los primeros rayos de sol y sumergirse en las frías aguas de mar, mientras se hace sus pedidos.

El día primero, algunas personas acostumbran a ir al cementerio para llevar ofrendas de flores a los seres queridos. Mientras otras, estrenan ropa el 31 de diciembre y el 1 de enero para que el año nuevo traiga cosas nuevas y buenas.

ORIGEN DE LAS TRADICIONES DE FIN DE AÑO

Desde los inicios del Imperio Romano, enero estaba dedicado al dios Bifronte Janus, que mira delante y detrás: al año que se va y al principio del que viene, por eso le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito. Los romanos invitaban a comer a los amigos y se intercambiaban miel con dátiles e higos para que pasase el sabor de las cosas y que el año que empezase fuese dulce. Esta vieja costumbre romana fue poco a poco entrando en Europa, donde con la misma finalidad venturosa comenzaron a ofrecerse lentejas, de las que se dice que propician la prosperidad económica del año que empieza.

En la Edad Media la Iglesia trató de oponerse a las viejas costumbres, pero no consiguió extirpar la atmósfera disipada de la noche de San Silvestre, que se mantuvo como la última isla pagana de las doce noches navideñas (las comprendidas entre la Navidad y la Epifanía), que la Iglesia consideraba como periodo de renovación para mejorar el año venidero.

La tradición de tomar las doce uvas – también llamadas las uvas de la suerte- el 31 de diciembre a media noche se remonta tan solo a principios de nuestro siglo, sobre el año 1909. La implantación de esta costumbre, que por cierto es exclusiva de nuestro país, no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a meros intereses económicos. En la Nochevieja de 1909, los cosecheros, en un esfuerzo desesperado de imaginación, consiguieron desembarazarse del excedente de aquella temporada inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año.

En algunas zonas de la Comunidad Valenciana, se empieza a sustituir las uvas por gajos de mandarina o de naranja, por ser un producto muy identificado con la tierra.

TRADICIONES

– Dice la gente que comerse las doce uvas a medida que van sonando las campanadas de medianoche es una manera de empezar el nuevo año con buena suerte.
– Utilizar ropa interior amarilla trae mucha prosperidad.
– Utilizar ropa interior roja permitirá encontrar el amor ideal.
– Si la ropa interior se usa al revés, se tendrá mucha ropa nueva.
– Sacar las maletas a la puerta de la casa traerá muchos viajes.

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