El fin y el inicio de cada año

El fin y el inicio de cada año

TEÓFILO QUICO TABAR
Cada año que se inicia significa para los seres humanos algo así como el renacer de sus esperanzas. El comienzo de algo inconcluso. La renovación de esfuerzos e ideales por terminar una tarea que habiendo comenzado no importa cuántos años antes, está pendiente, tal vez no solo en la forma sino también en el fondo, todo porque en una parte importante de los seres humanos existe la natural tendencia a mejorar, a perfeccionar, a no estar absolutamente conformes con las cosas que le han sucedido o con las que ha alcanzado.

Siempre tienen deseos de que ocurran cambios que varíen, que mejoren, que perfeccionen lo que vive o lo que le sucede. Por siglos los fines de años como los comienzos de otros fluyen a las mentes humanas pensamientos acumulados, unos de nostalgias, unos por reclamos, otros de esperanzas de que el fin del inicio les permitirá un nuevo comenzar capaz de dejar atrás lo malo en todos los sentidos y continuar por un camino que le brinde nuevos horizontes en lo personal, sentimental, espiritual, social, político, económico, etc.

Salud, bienestar, prosperidad, paz, amor, son casi siempre los deseos que la gente se expresa mutuamente al final como al inicio de año. Porque la mente humana sabe que esas cosas en realidad son necesarias para poder transitar por la vida de una manera más o menos digna y decorosa. Porque la gente sabe que la vida, además de bella por el hecho mismo de ser creación divina para los creyentes o de la evolución para otros, requiere de aspectos que la ayuden a ser transitable.

Pero tanto los fines de año como los inicios de los nuevos años hacen que la gente matice cada día más esos deseos de bienestar, de paz, de salud, de prosperidad, porque aún teniendo o disfrutando de la mayoría de esos deseos, como tiene ojos, oídos, comparte, sabe y comprende que desgraciadamente esos deseos están demasiado ausentes en la mayoría de los que co-habitan su ciudad, barrios, pueblos o parajes, incluso dentro de algunos de sus familiares. Porque incluso algunos, teniendo bienestar económico, podría faltarle paz espiritual, familiar o la salud, que son parte complementaria y en ocasiones mucho más importantes que las otras.

El fin de un año y el inicio de otro, al tiempo que retrotrae reminiscencias y sentimientos acumulados, sobre todo a los que han perdido algún ser querido o han enfrentado situaciones emocionales, sentimentales o familiares, al mismo tiempo les abre y crea nuevas esperanzas de vida en todos los aspectos. Los enfermos por su recuperación, los separados maritalmente o en noviazgo, por la reconciliación o el olvido. Los que están ausentes de sus familiares o de algún ser querido por un reencuentro. Los que no tienen trabajo. Aquellos cuyos salarios no les permiten hacerle frente a los problemas cotidianos que son muchos. Los que aspiran a algo y los que quieren mantenerse en sus posiciones.

Casi todo el mundo tiene aspiraciones de una vida mejor, ya sea en lo económico, en lo emocional, en lo sentimental, en lo familiar, en todo. Por eso los deseos fervientes y casi siempre sinceros de que el año nuevo les traiga cosas buenas y mejores. Porque a pesar de los problemas, de las intrigas, las discordias, los enfrentamientos, las injusticias, las incomprensiones humanas, la gente es buena. Buena de verdad. Llena de buenos deseos y sentimientos, solo que la vida se pone tan agitada y son tantos los problemas que a diario tiene que enfrentar, que pueden olvidarse esos rasgos humanos que a veces, como los fines de año y los comienzos de otros se evidencian de manera tan espontánea.

Y qué bueno que sea así. Ojalá que aquellos que tienen más posibilidades y que además tienen la obligación de actuar en beneficio de las mayorías, ya que no tienen tantas precariedades, ni problemas económicos, ni falta de trabajo, ni de luz, ni de agua, ni de casi nada material, tengan presente todos los días, semanas, meses y años, lo que la gente común y corriente le manifiesta a los demás en estas fechas especiales, de paz, prosperidad, salud y bienestar. Que así sea.

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