El final de Sharon

El final de Sharon

UBI RIVAS
Un cable noticioso escueto de 24 palabras insertado en la prensa mundial el 12 del presente mes de abril informaba:
«Jerusalén. La era de Ariel Sharon como primer ministro (de Israel) acabó ayer, en una reunión en la que se designó a Ehud Olmert como su sustituto».

Culminaba con esa avariciosa noticia de palabras, una etapa lóbrega en la siempre convulsionada Palestina, en la eterna gresca entre árabes y judíos que se remonta a 4,000 años.

Ariel Sharón ha sido el premier israelí que protagonizó los excesos más asombrosos como repudiables en su accionar, ora como jefe militar, ora como premier del Estado de Israel, inclusive superior en desmanes a los perpetrados por su otro colega, Menachen Begin, terrorista que dirigiendo el Irgún voló con C-4 el hotel Rey David de Jerusalén, asesinó al conde sueco Folke Bernadotte y dirigió la masacre de Deir Yasin.

Sharón, por su parte, tiene en su excecrable prontuario tétrico las masacres de Quibya, del 15-10-53 y de las Wilayas (campos de refugiados) de Sabra y Chatila del 12-09-82 en Líbano.

Para esa última fecha, Sharon, jefe del Tzhal (Ejército Israelí), dormía con un escuadrón de día, de exterminadores, que dirigía, y por las noches incursionaba en las wilayas en su acción exterminadora, sin importar sexos ni edades para perpetrar su infamia.

¿Es así, o miento, embajador Yoar Bar-On?.

Sharón prometió eliminar a todos los dirigentes importantes de Hamás, hoy en el poder luego del arrollador triunfo en las elecciones de enero 24 último, y el 21-03-04, dispuso de la vida del jeque parapléjico líder de Hamás, Ahmed Yassin, cuando se dirigía a una mezquita de Jerusalén a orar empujado en una silla de ruedas por dos espalderos, fulminados por un cohete disparado desde un helicóptero Apache.

Por ese prontuario de instancias extremas, la prensa mundial difundió el 17-07-01 que el juez de instrucción belga Patrick Collington, iniciaba un proceso contra Sharón, acusado por sobrevivientes de los campos de refugiados de Sabra y Chatila, de crímenes de lesa humanidad, es decir, de genocidio.

Genocidio es una palabra y un accionar que todos los judíos post II Guerra Mundial reflexionan conturbados, por el exterminio de la raza semita dictada por el fuherer Adolfo Hitler, la nefasta Solución Final, concebida por el tétrico Henrich Himmler en la Conferencia de Wansee, suburbios de Berlín, el 20-01-42, teniendo como ayudante al abominable coronel SS Adolf Eichmann.

Empero, haciendo caso omiso a esa infamia, inclusive esculpido en el monumento de Yad Vashen en Jerusalén como testimonio de la barbarie repudiable por la conciencia de la humanidad, Sharón se ensañó y degradó así mismo incurriendo en todo lo que el pueblo judío excecra, contra sus hermanos de padre, los árabes.

Souad Srour al-Mere, una de las sobrevivientes de Sabra y Chatila, mostró al juez Collington fotografías de sus hermanos asesinados por Sharón aquel 12-09-82 desempeñándose como Ministro de Defensa del Estado judío.

Como ningún primer ministro israelí, Sharon, acorraló, apresó, torturó y acosó al pueblo palestino en la Franja de Gaza y Cisjordania, que es el terruño acordado en la Conferencia de Oslo 1993 y refrendo en Wye Plantation por Yitzak Rabin y el rais Yasser Arafat, en la Casa Blanca, teniendo al presidente Bill Clinton de anfitrión y garante.

Cuando los seres humanos presentimos que se avecina nuestro final inexorable, la conciencia se ablanda, comenzamos a regalar todo, nos mostramos solícitos, amables, comprensivos y tiernos, signos del éxodo escarpado hacia las regiones ignotas, que presentimos.

En Ariel Sharón esos signos empezaron a mostrarse en 14-06-04, cuando decidió retirar al Tzahal de Cisjordania y desmantelar las ilegales colonias judías que sus antecesores habían promovido, jugándose la vida ante los ultra-conservadores, que asesinaron al premier Rabin, en la figura de Yigar Amir, con el expreso e inequívoco complot del Shin Bet y el Mossad, que no lo protegieron, el 05-11-95.

Desde el 04 de enero último, Sharón entró en un coma profundo del cual no ha evolucionado ni despertado, consecuencia de un derrame masivo, y justo a los cien días de ese suceso, el Knesset (Parlamento), cumplió con lo establecido por la ley y designó sustituto de Sharón al viceprimer ministro en funciones, Ehud Olmert, íntimo allegado a Sharon y principal líder del partido Kadina, fundado por Sharón cuando percibió que su proyecto de desocupar Cisjordania no dispondría del apoyo del Likud.

Su agonía lenta podría explicarse como un castigo de Yavé por sus crímenes de lesa humanidad, como criminal de guerra que fue, sin que sus excesos modificaran un ápice ni la correlación de fuerzas en Palestina, ni el inexorable nacimiento del Estado Palestino.

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