¿El final? Es triste decir adiós
De por vida 609  jonrones

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DIONISIO SOLDEVILA
d.soldevila@hoy.com.do
No es fácil decir adiós. Ciertamente no para un pelotero que ha tenido una carrera llena de éxitos y logros de mucha relevancia. Y es que después de colarse en la cima más alta, nadie quiere caer.

Ese parece ser el caso del otrora estelar jardinero de las Grandes Ligas, el dominicano Sammy Sosa.

Luego de acumular años de gloria y formar parte de la revolución jonronera del béisbol de finales de la década de los 90, hoy Sosa se encuentra sin ofertas claras para regresar a las mayores.

Es una situación similar a la que vivió previo a la campaña del 2006, cuando solo los Nacionales de Washington le hicieron una oferta, la cual fue rechazada y se pasó dicha campaña en un virtual retiro.

El retorno. Luego de un año fuera, Sosa recibió un chance de probar suerte con los Rangers de Texas.

 Aceptando una oferta de liga menor y apenas medio millón de dólares garantizado con una serie de incentivos por producción, Sosa demostró de lo que era capaz.

Con 21 cuadrangulares y 92 empujadas, Sosa fue el mayor productor de Texas, a pesar de que en los meses finales de la temporada fue relegado a un segundo plano por la dirigencia.

Entre sus logros está el haber llegado a los 600 cuadrangulares, uniéndose a un grupo exclusivo que solo lo conforman Barry Bonds, Hank Aaron, Babe Ruth y Willie Mays.

Igual que otros. Sin ofertas claras para esta campaña, luego de rechazar la propuesta de Texas de jugar aun menos que el año pasado, Sosa está en la misma ruta que otros estelares de antaño.

 Ya le pasó al mismo Mays cuando le llegó la hora de decir adiós, y al único dominicano en Cooperstown, Juan Marichal, quien pasó de San Francisco a los Dodgers por un escaso período antes del retiro

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