Con el paso de los días, se incrementa más y más, el debate sobre la instauración en el país de una Ley de Partidos Políticos y un Régimen Electoral, del cual la población se encuentra muy atenta, ahora más que nunca.
Y no es para menos, desde hace un buen tiempo diversos sectores de la población han decidido involucrarse, y no dejarles el tema, solo a nuestra clase política, que bastante oportunidades han desaprovechado para dotar a la República Dominicana de un instrumento tan importante para la democracia como ese.
El país ha dado pasos agigantados en lo que a transparencia en el Estado respecta, pero es indudable que, transparentar nuestras campañas electorales, está dentro de las deudas pendientes del sistema.
Sin embargo, mientras, políticos de todos los partidos se muestran a favor de que se regule seriamente el financiamiento de la actividad política, individual y partidaria, en el país, nadie hasta el momento abraza el tema en defensa de la importancia que representa.
No obstante, se intenta distraer a la población con el tema de primarias abiertas o cerradas, evidenciando la inocultable lucha de poder que existe entre los liderazgos internos en las dos principales organizaciones políticas que tenemos.
Un financiamiento de campaña no regulado por una ley, continuaría siendo un fiel aliado del narcotráfico, el lavado de activo, del uso de recursos públicos, la corrupción empresarial, y si sigo no termino.
Aquí, cualquiera aparece de la nada, sin ningún arraigo político ni social, con publicidad a todos los niveles, aspirando del más mínimo al más alto cargo electivo y pasa desapercibido, sin que exista un órgano del Estado que investigue la procedencia de todos los recursos que invierten para promoverse. Ese es solo uno de miles de ejemplos.
Empero, así como en boticas, hay de todo, una minoría quiere que estos temas si sean tratados y una gran parte no. Mientras tanto, siguen las tácticas dilatorias y el país sin tener una Ley de Partidos y Régimen Electoral.